Page 59 - La vida secreta de Rebecca Paradise
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Las peores vacaciones de mi vida






               Mis compañeros no eran los únicos en sonreír al verme con Álex. A Leanne

               también se la veía feliz de vernos juntos, aunque su sonrisa no hacía daño como
               la de los demás.

               Solo que, con el tiempo, eso tampoco debió de parecerle suficiente.


               La cosa sucedió así: un lunes, exactamente dos semanas después de mi primer
               día en la escuela número cuatro, Leanne anunció que dedicaríamos la última
               hora a realizar un trabajo por grupos. Se organizó un tumulto mientras mi

               corazón y yo nos mirábamos muertos de miedo. «Por grupos» son dos palabras
               que me hacían temblar desde mi escuela número uno. Corrí hacia Álex como una
               rata cobarde. No me importa lo que diga el refrán: mejor mal acompañada que
               sola.


               –¡Despacio, despacio! –trató de poner orden Leanne–. Esto no puede ser,
               algunos grupos están muy descompensados.


               Era una manera elegante de decirlo, teniendo en cuenta que Álex y yo éramos
               solo dos y en el grupo de delante había ocho personas. Todos parecían haber
               corrido hacia allí como las moscas a un pastel. Y el pastel en el centro del grupo
               resultó ser una niña que sonreía con un montón de pequeños y astutos dientes.
               Supongo que no hace falta decir más.


               –Vamos a ver. Organización... ¡Bruno, a la esquina! ¡Vosotros dos, con los de
               vuestra derecha! ¡Sofía, detrás de ti, con Álex y Úrsula!


               Sofía, con Álex y Úrsula.


               Miedo. Mucho-mucho-mucho miedo.

               –¡Jo, yo he montado este grupo! –protestó Sofía sacudiendo la coleta–. ¿Por qué
               yo?
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