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huesos. Hay dos grandes subtradiciones serranas, tomando como elemento de juicio su industria
lítica: la Lauricocha, que abarcó desde el Callejón de Huaylas hasta Junín; y la que agrupa los sitios
hallados en Cajamarca y San Martín, que presenta una industria en la que destacan los buriles,
escasos en la subtradición Lauricocha.
Las armas y utensilios que elaboraron fueron puntas de proyectil con forma de hoja, triangulares y
otras con espinas laterales. Es probable que hayan colocado estas puntas sobre astas de madera
para utilizarlas como dardos en la cacería de cérvidos (ciervos) y camélidos. En la preparación de
pieles usaron raspadores. Las astillas de piedra o lascas con un borde cortante natural sirvieron
como cuchillos para cortar pieles o carne. Utensilios más grandes y pesados fueron usados como
machacadores para romper y extraer la médula y grasa de los huesos largos.
Las viviendas inicialmente usaron las cuevas y abrigos rocosos en forma natural. Hacia el 7000 a.C.,
empezaron a arreglar las cuevas con barreras de troncos y ramas a la entrada y más adelante, con
muros pequeños de piedra. En el interior se hicieron fogones y hornos similares a los empleados
para la pachamanca. También se enterraba a los muertos. Se han estudiado pocos sitios al aire libre
en las altas planicies; estos debieron de existir durante las estaciones secas como campamentos de
corta duración.
3.3 La tradición selvática
Siguiendo con Historia Peruana (sf) aunque se conoce poco de los orígenes de las primeras culturas
en la zona de la selva, la cultura Chachapollas, que se desarrolló en el oriente del Perú, nos podría
servir para representar a estos primeros pobladores.
La cultura Chachapoyas se desarrolló entre los 800 d.C. y 1570 d.C. en el noreste del Perú. Sus
territorios se extendieron unos trescientos kilómetros a lo largo de las actuales regiones de
Amazonas y San Martín. La etapa en la que florecieron y establecieron su identidad es conocida
como Chachapoya Clásica, desde el 800 d.C. hasta la invasión incaica cerca del año 1470 d.C.
La cultura Chachapoyas se desarrollaron en un aislamiento. Sin embargo, hay evidencias de que
esporádicamente interactuaron con otros grupos que habilitaban al norte y el oeste del río Marañón.
Los restos hallados tanto de su producción artística como arquitectónica parecen sugerir que
descendían de inmigrantes andinos que adaptaron su cultura ancestral al nuevo medio. El desarrollo
relativamente aislado de los Chachapoyas llegó a su fin cuando en el siglo XV fueron dominados por
los incas.
Los habitantes de la cultura Chachapoyas dependieron de la agricultura del pastoreo, la caza y la
recolección para su subsistencia. Además, basaron su economía en la producción doméstica de
cerámica y de textiles. La producción y el intercambio de alimentos ayudaban a consolidar las redes
sociales y las alianzas entre las poblaciones.
Se sabe poco de la cultura Chachapoyas respecto a su religión, sobretodo antes del dominio inca.
Sin embargo, la complejidad de la arquitectura funeraria indica la importancia que esta cultura dio a
los antepasados y a la muerte. Se han detectado dos patrones funerarios en esta cultura: el
sarcófago y el mausoleo.
Desarrollaron un lenguaje simbólico con motivos geométricos característicos en forma a triángulos,
rombos, serpenteados y ornamentos cuadrados, que aparecen sobre las viviendas circulares en
frisos de piedra. Los símbolos fueron de valor significativo, tanto a nivel étnico como social.