Page 78 - El proyecto y la metodologia de la investigacion
P. 78

EL PUESTO DE LOS INDICADORES O DEFINICIONES OPERACIONALES


               Como lo hemos señalado en los ejemplos dados al inicio de este capítulo, siempre que se tiene un
            dato se ha llevado a cabo algún procedimiento para obtenerlo. Aunque sea tan simple como “mirar
            por uno mismo para saber cómo está el tiempo” o tan complejo como “introducir un reactivo químico
            para determinar la acidez de una sustancia”.
               Si queremos tomar nota de un cierto estado de cosas, siempre necesitaremos “indicadores”. Eso
            es lo que le ocurre, por ejemplo, al enamorado o la enamorada: ¿cómo saber si él o ella me ama?  Se
            necesitan indicios para ello: ¿cómo nos mira?; ¿nos busca? ¿se ruboriza al hablarnos? Estos indicios
            suponen que hay un  estado interno que se manifiesta externamente.
               Lo mismo se requiere para conocer el “valor que presentan nuestras variables”. Si decimos de
            alguien que “es muy inteligente” (en ese caso el valor es “muy inteligente” y la variable podría ser “nivel
            de inteligencia”), seguramente dispondremos de alguna manera de verificarlo: habremos visto a esa
            persona resolver problemas difíciles, salir adelante mejor que otros en algún aspecto de su vida, etc.
               En investigación no siempre es sencillo encontrar buenos indicadores para las variables de estudio.
            Entre otras cosas, porque esos indicadores deben garantizar que lo que se mide con ellos, mida lo que
            queramos que mida –y no otra cosa– y que lo haga adecuadamente.
               Por ejemplo, si se quiere medir la variable “nivel económico de la familia” no es adecuado averiguar “qué
            han comido anoche”. Ese no es un indicador válido: quizá una familia humilde se dio un lujo excepcional
            anoche y quizá una familia de alto nivel económico decidió tomar sólo una sopa porque había tenido
            una comilona al mediodía.
               Encontrar un indicador válido implica que lo que ese indicador mide coincida con lo que busca
            medir la variable. Para el ejemplo anterior, quizá resulte más adecuado averiguar “cuál es la escolaridad
            máxima alcanzada por los jefes de ese hogar” o “cuál es el ingreso promedio del hogar”. De igual modo conviene ser
            muy cuidadoso a la hora de implementar los procedimientos para medir eso que deseamos medir,
            de modo tal de no distorsionar la información. Si uno quiere saber “cuál es el ingreso [monetario] de un ho-
            gar” conviene no preguntarle al plomero ni a un niño, aunque ambos puedan hallarse ocasionalmente
            en el hogar que queremos estudiar. Será mejor preguntarle a un adulto responsable y conocedor del
            dinero que se maneja en ese hogar y hacerlo de tal modo que esa persona se sienta dispuesta a respon-
            der con veracidad.
               Examinemos algunos ejemplos de indicadores para las siguientes variables (entre paréntesis se
            aclara a qué unidades de análisis corresponden):
















            76                El proyecto y la metodología de la investigación
   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82   83