Page 66 - 0003476
P. 66
Vocación y ética 67
dadera, sin espejuelos de grandeza y
poderío. Y ahora debemos abordar otro
problema esencial, ya indicado más
arriba: el de que esa vocación verdade
ra se revele tardíamente y no interven
ga, por lo tanto, aparte toda otra causa
de error circunstancial, en el momento
forzosamente precoz de la elección de
destino social. Yo nunca me canso de
insistir en lo tardío que es, en muchos
hombres, el pleno auge de su persona
lidad viril; y con ella está íntimamente
ligada la actividad social que, en dis
tintos trabajos, me he esforzado en
considerar como un verdadero carácter
sexual. Por lo tanto, la vocación hemos
de considerarla como una faceta de
esta madurez, sujeta al posible retar
do de su cronología. De aquí también
—y tampoco me importa repetirlo — la