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descendiente de familia judía. El reinado inquisitorial de
Tomás de Torquemada, duró desde el 1.480 a 1.530.
Cuando Torquemada ingresó para hacerse monje, sintió
atracción por los Dominicos, he ingresó en el comento de
Valladolid. Siendo aún muy joven, sus superiores le obligaron
a dirigir el convento de Santa Cruz en Segovia, donde gobernó
durante veintidós años.
Juana I de Castilla, llamada «la Loca» y su marido Felipe
el Hermoso, iban a descansar al convento que dirigía
Torquemada, e Isabel hija de los reyes se hizo amiga de
Torquemada, quién acabó siendo su confesor.
Torquemada hizo prometer Isabel que, cuando se
convirtiera en reina, ella debía castigar y destruir a los herejes
Judíos. Torquemada era partidario de que Isabel se casara con
Fernando de Aragón, cosa que hizo. Llegó al trono tras la
muerte de Enrique IV, y al casarse con Fernando de Aragón,
consolido los reinos de España.
Sobre 1477, la Reina Isabel visitó Sevilla, y allí se
entrevistó con el dominico sevillano Alonso de Ojeda, prior
del convento de San Pablo, “convenciéndola de la existencia
de prácticas judaizantes entre los conversos andaluces”.
Después de esta charla entre Ojeda y la Reina Isabel,
escribieron a la Reina apoyando dichas tesis, el cardenal
Mendoza, arzobispo de Sevilla, y Tomás de Torquemada.
Todo indica que Ojeda, Mendoza, y Torquemada, habían
tramado en conjunto esta solicitud de aniquilar a los herejes.
Los Reyes Católicos, convencidos por estos tres
personajes y siendo que ellos estaban totalmente sometidos a la
Iglesia Católica, se dirigieron al Papa Sixto IV, para pedirle una
bula, que los autorizara para crear el Tribunal de la
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