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animales, ropas y enseres propiedad de unos gitanos que pensaron
no iban a volver a ver.” Gómez Alfaro.
LOS GITANOS DE CARMONA (SEVILLA)
Antes hemos contado, sobre el Alcalde de Villarobledo. Que
defendió a los gitanos frente a una injusticia. Pero no todos eran
así, y había poblaciones que odiaban a los gitanos, a pesar que en
muchos casos, los gitanos habían demostrado que eran gente de
paz. La convivencia en los pueblos era pacifica, sin fiarse el uno de
otro; los payos no se fiaban de los gitanos por las cosas se oían, y
los gitanos no se fiaban de los payos por las persecuciones a que
los habían sometido. No obstante siempre había payos y gitanos
que se apreciaban.
No sabemos cómo era la amistad en Carmona (Sevilla) entre
payos y gitanos, pero es posible que hubiera de todo, gente
que los aborrecía, y gente que aunque no los aborrecía callaba
por temor a los demás.
Las pragmáticas, les obligaba a que solo vivieran una familia
gitana por calle, generalmente las familias gitanas tenían entre 4 a
7 hijos. Por lo tanto el peligro que corrían las autoridades al
detenerlos era inexistente, máxime cuando ya llevaban años en esa
misma ciudad, y eran conocidos.
Llegado el fatídico día, en Carmona tomaron medidas como si
fueran a una guerra. Se reunieron el ejército y guardia civiles,
para ver la forma más segura, estudiaron la operación sobre el
mapa de la ciudad, señalando las calles donde vivían los
gitanos, y acordando establecer soldados o guardia civiles en los
extremos de las calles, para evitar la huida, mientras otra patrulla
iba a la casa de los gitanos, y se llevaban a los niños, mujeres,
hombre, ancianos, algunos historiadores cuentan que el trato fue
inhumano, brutal. A pesar que todo se preparó
minuciosamente, hubo gitanos de Carmona que huyeron,
posiblemente porque algún payo amigo les dio aviso, pero los
demás no quisieron huir, esperando ser detenidos. Una vez
detenidos, indagaron para saber dónde estaban los ausentes, a los
cuales, días después, fueron detenidos.
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