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EL TERRIBLE DÍA DEL GENOCIDIO
El 30 de julio de 1749
En ese día unos 12.000 gitanos, niños y ancianos, mujeres y
hombres, fueron conducidos a las cárceles españolas.
Esta era la orden dada por Fernando VI: “prender a todos los gitanos
avecindados y vagantes en estos reinos, sin excepción de sexo, estado ni
edad, sin reservar refugio alguno a que se hayan acogido”. “Esta increíble
operación se planeó minuciosamente y con total discreción en el
Despacho de la Guerra, de donde partieron órdenes específicas
para cada capitanía que debían guardarse en secreto para abrirse
simultáneamente en todo el territorio nacional. Aunque los
responsables directos fueron los Capitanes Generales, encargados
de elegir cuidadosamente a los oficiales y las tropas que debían
intervenir en la acción, los obispos de cada diócesis también
tuvieron sus propias instrucciones elaboradas por el Nuncio
Apostólico.”
Este fatídico día el ejército, guardias civiles y demás autoridades,
asaltaron sorpresivamente a todos los gitanos que estaban
asentados en sus ciudades y casas desde hacía años, niños,
ancianos, mujeres, jóvenes, todos, sin acepción. Documentos de la
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