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Sánchez Ortega página 98 en 1645 el porcentaje de gitanos podía
ser de unos dos mil o tres mil almas aproximadamente. Es decir,
una minoría sumamente reducida. Claro que para estas fechas ya
habían sido reducidos por el envió a las galeras y otras condenas.
De esta fecha, hasta el Genocidio del 1749, la población gitana de
España creció en unos 8000 individuos, aproximadamente. Es
decir después 104 años sólo habían crecido en 8000 personas, ¿Es
posible? No, desde luego que no, pensemos un poco; La media de
hijos de una familia gitana de aquel entonces no bajaba entre 5 a 7
hijos por familia. Así tomando este dato, supongamos que había
solo 2000 gitanos, si los dividimos por familia serían 250 familias,
dividiendo estas 2000 personas por 8, que serían el padre, madre y
6 hijos por familia, esto prueba que la reducción del pueblo gitano
era constante.
María Helena nos dice que podían llegar hasta tres mil, pero para
asegurar contamos dos mil. Bien, comparando este número con la
nación de Israel que entraron muchos menos, eran 70 dice la
Biblia en Génesis 46:27; estos 70, llegaron a ser 2.000.000 de
personas y según otros tres millones, pero supongamos que fueran
dos millones, si dividimos esos dos millones, por los 430 años que
estuvieron, significa que en los primeros 100 años, pudieron llegar
a ser unas 400.000 personas, número de personas que podían
haber llegado a ser los gitanos españoles desde el 1645 al 1749.
La ley de libertad se dio el 19 de septiembre del 1783, nada menos
que después de 34 años. ¿Cuántos gitanos salieron de la cárcel
cuando se decretó la libertad? Teresa San Román nos dice que
había “un incesante empeño del poder, por lograr la claudicación o
la desaparición de los gitanos”. No se sabe con exactitud cuantos
murieron, pero algunos cuentan que fueron muchos, pues la malas
condiciones de la cárceles, el frio, el hambre, las enfermedades,
hizo mermar la población gitana.
Cuando llego la libertad los problemas de hambre y frío y
enfermedades no cesaron puesto que les embargaron todos sus
bienes, casas, dinero, utensilios ollas, sartenes, animales, carros,
todo. “A falta de datos fidedignos sobre aquellos sucesos, se sabe
que los libertados se enfrentarían a toda clase de dificultades a la
hora de recomponer su existencia entre unos convecinos que no
habían dudado en aprovechar las subastas para comprar viviendas,
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