Page 22 - Loor de Nuestra Señora
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¡Ay, como en un relámpago se ve la noche oscura,
Presiente el hombre al punto toda su desventura:
Ve en cenizas trocados su pan y albergadura,
Su abrigo en desamparo, sus fuerzas en flacura!
Prueba tal, a sus años, cierto no merecía;
Y como Job, amargo su corazón sentía,
Mas, he aquí la Imagen de la Virgen María,
En ella buen escudo su corazón tendría.
Corrió, pues, al impulso de su desasosiego
Que apenas permitía la exclamación por ruego
Y confiando a la Virgen su suerte de labriego
Tomó la Santa Imagen y la arrojó en el fuego.
Como si una invisible llama las sometiera
Se extinguieron al punto las llamas de la hoguera.
¡Y qué mucho, si aquello no era labor, siquiera,
Para quien del Infierno las llamas redujera!
Con esta maravilla doméstica y sencilla
Que en su piadosa siembra fue la primer semilla,
Abrió para esta tierra la Virgen sin mancilla
Su inagotable fuente de amor y maravilla.
Honremos el milagro que dejo relatado.
Sea de todos visto, de cada cual contado;
Sea reconocido bendito y alabado
En toda la pureza de su significado:
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