Page 25 - Loor de Nuestra Señora
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Ya de nuevo en la casa, con candor atrevido
Púsose a darle quejas, muy grave y resentido,
En tanto se afanaba limpiando su vestido
De espinas y abrojos que se le habían prendido.
Decíale: ¡Qué traza de Madre del Señor,
Mira, llena de abrojos y espinas y sudor!
¡Y el manto que da pena, y el vestido peor...
Quién sabe si podremos hacerle otro mejor!
Mas no tardó la Imagen, conforme a su poder,
En volver nuevamente a desaparecer.
Tanto, que sus devotos dieron en entender
Que la Virgen quería santuario a su placer.
Y pues, se reunieron las gentes de la villa,
En comisión los ricos, los pobres en cuadrilla.
Y entre pobres y ricos, con devoción sencilla,
Le hicieron homenaje de la primer capilla.
IX
Se evidencia cómo Nuestra Señora del Valle
decidió la conquista
A Don Manuel Ponferrada, mi pariente y buen guía.
De nombres y de hazañas la historia necesita:
Nombremos al Teniente Juan Pérez de Zurita.
Cruzó la cordillera cuando era inexpedita,
Abrió la gran conquista de la región diaguita.
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