Page 147 - La Constitución de los atenienses
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LA CONSTITUCIÓN  DE  LOS  ATENIENSES



          es  em pleado  en  los  trirrem es  y participa  en  las  competencias


          de  atletism o.  Así  pues,  el  pueblo  cree  justo  obtener  dinero

          por cantar,  correr,  danzar y navegar,  a fin  de  que él se  benefi­

          cie y los  ricos se vuelvan  más pobres.  Y en  los tribunales  ellos


          no  se  preocupan  más  de  la  im partición  de  la justicia  que  de

          su  propi a  convenienci a.


               14  En  cuanto  a  los  aliados,  sin  siquiera  darse  a  la  mar,

          fabrican  procesos  a  quienes  juzgan  conveniente,  y  manifies­

          tan  su  odio  a  los  pudientes.  pues  com prenden  que  por  fuer­


          za  quien  gobierna  es  odiado  por  el  gobernado  y  que,  si

          llegan  a  dominar  los  ricos  y  los  poderosos  en  las  ciudades,

          niuy  poco  tiempo  durará  el  dominio  del  pueblo  en  Atenas.


          Por  estos  motivos,  entonces,  quitan  sus  derechos  a  los  pu­

          dientes,  los  despojan  de  sus  riquezas,  los  expulsan  y los  con­

          denan  a  m uerte,  y engrandecen  a los  miserables.  En  cambio,


          los pudientes de Atenas auxilian a los pudientes de las ciuda­

          des  aliadas,  pues  comprenden  que  para  ellos  es  bueno  auxi­


          liar  siempre  a  los  mejores  de  esas  ciudades.  15  Se  podría

          decir  que  la  fuerza de  los  atenienses  consiste  en  que  los  alia­

          dos  tengan  la  capacidad  de  entregar  su  tributo  monetario.


          Pero  a  los  partidarios  del  pueblo  les parece  un  bien  mayor  el

          que cada uno  de los atenienses posea el dinero de  los  aliados,

          y  que  éstos  tengan  [sólo]  lo  indispensable  para  vivir  y  que


          trabajen,  quedando  im posibilitados  para conjurar.

               16        El  pueblo de Atenas parece  decidir de  m odo  equivoca­

          do  también  por el hecho de que obliga a los aliados a embar­


          carse  hacia  Atenas  para  enfrentar juicios.  Pero  ellos  piensan,




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