Page 65 - La Constitución de los atenienses
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INTRODUCCIÓN
a las clases urbanas bajas. Serra y otros también rechazan la
inferencia de Instinsky (II 14, cf. nota). Así, no puede soste-
neise el término señalado.
Frisch, con base en II 2 y 3, dató la obra antes del inicio
de la Guerra del Peloponeso, en particular antes de la revuel
ta de las ciudades de la Calcídica (432). En 432, Potídea fir
mo acuerdos con las ciudades vecinas y en conjunto se
rebelaron contra Atenas; el Anónimo no conocía ese hecho,
pues de otra manera no habría creído en la imposibilidad de
los miembros de la liga de unirse en contra de Atenas. Sin
embargo, el Anónimo se refiere específicamente a sinecismos
isleños, no de tierra firme (cf. II 2 nota). Definitivamente, la
inferencia de Frisch es equivocada.
Flores (1982: 33) supuso que el texto del pseudo Jenofonte
es anterior a la democracia radical que se hizo del poder lue
go de la muerte de Pericles, tomando como base I 3, donde
los estrategos e hiparcos son aún oligarcas. En un pasaje de
Aristóteles (Constitución de Atenas 28.1) se afirma precisa-
menre que, a la muerte de Pericles, se hicieron del poder
hombres sin prestigio, “según las personas de bien”, mien
tras que, antes, los jefes del pueblo (δημαγωγούντες) habían
sido siempre (άεί) “personas de bien”. Sin embargo, por una
parte, Aristóteles no se refiere a oligarcas, sino a jwbles
(επιεικείς); por otra, el pasaje aristotélico permite inferir
que después de la muerte de Pericles sí hubo nobles como
dirigentes del pueblo, pero no siempre. Además, en el pasaje
del pseudo Jenofonte se indica que el pueblo permitía que
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