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Sin embargo, dada su versatilidad, la sonrisa es la expresión facial más
importante para la comunicación. Es un componente esencial de la atracción

y de la condición de atractivo. Por ejemplo:

o Las personas que se gustan sonríen como signo de esa simpatía.

o A la gente que sonríe se la considera más atractiva que a la que no
sonríe. Además, estas personas tienen una credibilidad mucho

mayor que la de quienes no muestran expresión facial alguna.

Si le interesa el estado emocional de otra persona, no haga caso de la
cara (que es fácil de controlar) y obsérvela desde el cuello hacia abajo. Esa

parte del cuerpo revela mucha más información. Es necesario fijarse si se dan
los siguientes aspectos:

• Movimientos bruscos e irregulares: como signo de que la persona
tiene un conflicto.

• Postura vencida y movimientos arrastrados: como señales de
depresión o alineación.

• Andar o actuar con ademanes frenéticos y precipitados: como
indicadores de estrés y ansiedad.

He aquí algunos ejemplos del efecto que tienen el poder, el sexo y la
cultura sobre el tamaño del propio territorio, y también de algunas formas en
que la gente defiende su espacio o invade el espacio ajeno:

• En casi todas las culturas, a las personas de posición elevada se les
concede más espacio que a las de posición inferior.

• La gente de elevada posición tiende a “apropiarse”, y se le conceden, las
posiciones espaciales más deseables (por ejemplo, el proverbial

despacho que hace esquina).

• Las personas agresivas tienden a adueñarse, de más espacio que quienes

son menos dominantes.

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