Page 32 - MANUAL NO SÉ SI ME EXPLICO
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se asentó sobre los “dos cerebros” anteriores: el Neocórtex, o la región del
cerebro que planifica, analiza e interpreta las sensaciones, y, además es
capaz de coordinar los movimientos).
El neocórtex del Homo Sapiens, es de mayor tamaño que el de
cualquier otra especie y es una característica típicamente humana. Es donde
se enraíza el pensamiento y el que rige los centros que integran y procesan
los datos captados por los sentidos.
El neocórtex integró al sentimiento nuestra reflexión sobre él (no sólo
sobre las sensaciones), y eso es lo que nos ha permitido el tener sentimientos
sobre ideas, arte, símbolos e imágenes y pensamientos abstractos.
6.4. LA AMÍGDALA
La amígdala del ser humano es una estructura en forma de almendra
(su nombre proviene de una palabra griega que significa precisamente
«almendra»), y se encuentra encima del tallo encefálico, cerca de la base del
anillo límbico que hemos comentado anteriormente.
La amígdala está especializada en los aspectos relacionados con las
emociones y ligada a los procesos del aprendizaje y la memoria. La
interrupción de las conexiones existentes entre la amígdala y el resto del
cerebro provoca la incapacidad para calibrar el significado emocional de los
acontecimientos, una condición que algunos autores denominan «ceguera
afectiva».
A raíz de las investigaciones llevadas a cabo por Joseph LeDoux,
neurocientífico del Center for Neural Science de la Universidad de Nueva York,
se han desarticulado las antiguas nociones existentes sobre el sistema
límbico, asignando a la amígdala un papel central. La investigación llevada a
cabo por LeDoux explica la forma en que la amígdala asume el control cuando
el cerebro pensante, el neocórtex, todavía no ha llegado a tomar ninguna
decisión. El funcionamiento de la amígdala y su interrelación con el neocórtex
constituyen el núcleo de la inteligencia emocional.
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