Page 163 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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sistemas solares hasta los átomos están compuestas por núcleos positivos y radiantes,

  rodeados por cuerpos negativos que existen sobre las emanaciones de la vida central.
  A  partir  de  esta  alegoría  tenemos  la  historia  de  Salomón  y  sus  esposas,  porque

  Salomón es el sol y sus esposas y concubinas son los planetas, las lunas, los asteroides

  y otros cuerpos receptivos dentro de su casa: la mansión solar. Isis, representada en el

  Cantar  de  los  Cantares  como  la  doncella  de  tez  oscura  de  Jerusalén,  simboliza  la
  naturaleza receptiva: el principio acuoso y maternal que crea todas las cosas a partir de

  sí misma, una vez lograda la fecundación, gracias a la virilidad del sol.

       En  el  mundo  antiguo,  el  año  tenía  360  días.  El  Dios  de  la  Inteligencia  Cósmica

  reunía los cinco días adicionales para que fueran los cumpleaños de los cinco dioses
  que eran llamados «los hijos de Ham». En el primero de aquellos días especiales nacía

  Osiris  y  en  el  cuarto,  Isis.     [36]   Tifón,  el  demonio  o  el  espíritu  del  adversario  de  los

  egipcios, nacía el tercer día. El símbolo de Tifón suele ser un cocodrilo: a veces, su

  cuerpo  es  una  combinación  de  un  cocodrilo  y  un  cerdo.  Isis  representa  el
  conocimiento  y  la  sabiduría  y,  según  Plutarco,  la  palabra  «Tifón»  significa

  «insolencia» y «orgullo». El egoísmo, el egocentrismo y el orgullo son los enemigos

  mortales del conocimiento y la verdad. Esta parte de la alegoría se revela.

       Osiris —representado aquí como el sol— se convirtió en rey de Egipto y concedió
  a su pueblo la plena ventaja de su luz intelectual: después continuó su camino a través

  de los cielos, visitando a los pueblos de otras naciones y convirtiendo a todos aquellos

  con los que entraba en contacto. Plutarco afirma, además, que los griegos reconocían
  en Osiris a la misma persona que reverenciaban con los nombres de Dioniso y Baco.

  Mientras  estaba  lejos  de  su  país,  su  hermano  Tifón,  el  malvado  —como  el  Loki

  escandinavo—, conspiró contra la divinidad solar para destruirla. Reunió a setenta y
  dos personas como cómplices de su conspiración y alcanzó su abominable objetivo de

  una manera muy sutil. Mandó hacer una caja decorada muy bonita del tamaño exacto

  del cuerpo de Osiris y la llevó a la sala de banquetes en la que los dioses se estaban

  dando un festín. Todos admiraron el hermoso arcón y Tifón prometió dárselo a aquel
  cuyo cuerpo encajara mejor. Uno tras otro se tumbaron en la caja, pero se volvían a

  levantar,  desilusionados,  hasta  que  finalmente  lo  probó  también  Osiris.  En  cuanto

  estuvo en el arcón, Tifón y sus cómplices clavaron la tapa y sellaron las aberturas con

  plomo fundido. A continuación, arrojaron la caja al Nilo, en el cual flotó hasta el mar.
  Plutarco afirma que esto ocurrió el decimoséptimo día del mes de Athyr, cuando el sol

  estaba en la constelación de Escorpio. Esto es muy significativo, porque el escorpión

  es el símbolo de la traición. Osiris entró en el baúl en la misma estación en la que Noé
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