Page 552 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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simbolismo es el mismo, aunque la figura alada es masculina, en lugar de femenina.
Está rodeada por una aureola solar y vierte agua de un recipiente de oro a uno de
plata, con lo cual representa el descenso de las fuerzas celestiales a las esferas
sublunares.
El arcano mayor número quince se llama le Diable, el Diablo, y
representa a una criatura semejante a Pan, con cuernos de
camero o de ciervo, brazos y cuerpo de hombre y piernas y pies
de cabra o de dragón. La figura está de pie sobre una piedra
cúbica, en cuya cara anterior hay un aro al cual están
encadenados dos sátiros. A modo de cetro, este llamado demonio
lleva una antorcha o una vela encendida. Toda la figura simboliza
los poderes mágicos de la luz astral, o el espejo universal, en el
cual se reflejan las fuerzas divinas en un estado invertido, o
infernal. El demonio tiene alas de murciélago, para demostrar
que pertenece a la esfera inferior, nocturna o de las sombras. Las
naturalezas animales del ser humano, en forma de un elemental
masculino y uno femenino, están encadenadas a su escabel. La
antorcha es la luz falsa que guía a las almas no iluminadas hacia su propia perdición.
En el Tarot seudoegipcio aparece Tifón —una criatura alada, mezcla de cerdo, ser
humano, murciélago, cocodrilo e hipopótamo— de pie en medio de su propia
destructividad y sosteniendo en alto la tea del incendiario. Tifón es creado por las
propias fechorías del ser humano, que, al volverse contra quien las comete, lo
destruyen.
El arcano mayor número dieciséis se llama le Feu du Ciel, el Fuego del Cielo, y
representa una torre cuyas almenas, en forma de corona, son destruidas por un
relámpago que sale del sol. Es posible que la corona —bastante más pequeña que la
torre que remata— indique que su destrucción se debe a su insuficiencia. El
relámpago a veces tiene la forma del signo zodiacal de Escorpio y la torre se puede
considerar un emblema fálico. De la torre caen dos figuras, una por delante y la otra
por detrás. Esta carta del Tarot se asocia popularmente con la caída tradicional del
hombre. La naturaleza divina de la humanidad se representa como una torre. Cuando
se destruye su corona, el hombre cae al mundo inferior y adopta la ilusión de la
materialidad. Aquí también hay una clave del misterio del sexo. Se supone que la torre
está llena de monedas de oro, que llueven en grandes