Page 548 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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nudo de un ahorcado. Es una manera sutil de sugerir que el
hombre es la causa de su propia perdición y que sus actos
(simbolizados por su cabello) son el instrumento de su
aniquilación. En el Tarot seudoegipcio, la figura de la Justicia
aparece subida sobre un estrado con tres escalones, porque
los únicos que pueden administrarla del todo son aquellos
que han sido elevados al tercer grado. La Justicia tiene los
ojos vendados, para que lo visible no influya en modo
alguno en su decisión. [152]
El arcano mayor número nueve se llama
l’Hermite, el Ermitaño, y representa a
un anciano envuelto en el hábito de un
monje con capucha, inclinado sobre un
bastón. La creencia popular era que esta carta representaba a
Di6genes en su búsqueda de un hombre honrado. En la mano
derecha, el ermitaño lleva una lámpara que oculta en parte entre
los pliegues de su capa. Por consiguiente, el Ermitaño representa
las organizaciones secretas que, durante siglos incontables, han
ocultado celosamente a los profanos la luz de la Sabiduría
Antigua. El bastón del Ermitaño es el conocimiento, que es el
principal y el único apoyo del ser humano. Algunas veces, la
vara mística está dividida por nudos en siete partes, a modo de
sutil referencia al misterio de los siete centros sagrados que existen a lo largo de la
columna del hombre. En el Tarot seudoegipcio, el Ermitaño protege la lámpara tras
una capa rectangular, para hacer hincapié en la verdad filosófica de que, si se expone
la sabiduría a la furia de la ignorancia, quedaría destruida como la llamita de una
lámpara que no estuviese protegida de la tormenta. El cuerpo de los hombres forma
un manto a través del cual su naturaleza divina se puede ver apenas, como la llama de
un farol cubierto en parte. Mediante la renuncia —la vida hermética—, el hombre
alcanza la profundidad de carácter y la tranquilidad de espíritu.
El arcano mayor número diez se llama la Roue de Fortune, la Rueda de la Fortuna, y
representa una rueda misteriosa con ocho rayos: el conocido símbolo budista del ciclo
de necesidad. A su borde se aferran Anubis y Tifón, los principios del bien y el mal.
Encima está la esfinge inmóvil, llevando la espada de la