Page 561 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Si bien la religión de los primeros israelitas ha sido muy criticada, quienes la
menosprecian no han tenido en cuenta el momento ni el entorno en los cuales surgió,
de forma natural y coherente. No se puede juzgar una civilización comparándola con
otra totalmente separada de ella en el tiempo. Al mundo moderno, muchas costumbres
antiguas le parecen crueles y bárbaras y, sin embargo, es culpable todos los días de
ofensas que habrían resultado igual de repugnantes para la sensibilidad de los pueblos
antiguos. Nunca ha habido en el mundo una mayoría de personas pensantes. Solo de
vez en cuando se encuentra algún cerebro que realmente trata de resolver no sólo los
problemas de su propio destino, sino también los de los demás. El aspecto esotérico,
espiritual de todas las religiones es un código hermoso, humanitario y trascendental,
que solo comprenden aquellos que se han elevado por encima del plano de lo
prosaico y lo convencional. Durante siglos, el hombre ha cumplido la «letra de la ley»,
sin darse cuenta de que «la letra mata, mas el Espíritu da vida».
Para el verdadero estudioso y místico, el Antiguo Testamento es una fuente de
inspiración interminable. Para el intelectual, es motivo de incesantes discusiones y se
acalora por las fechas y los lugares, pasando por alto por completo las verdades
sublimes que se ocultan tras las alegorías rudimentarias de las Escrituras. Quien
conoce a fondo el Misterio del Tabernáculo no necesita ninguna otra religión, porque
será uno con los profetas de todos los tiempos. En el transcurso de su vida cotidiana,
cada hombre —sin saberlo— es un sacerdote del Tabernáculo, porque, así como
Jehová designaba a sus sacerdotes para que mantuvieran en orden Su casa, del mismo
modo se designa a cada persona para que mantenga en orden su pequeño mundo. La
Naturaleza es el Tabernáculo, el hombre es el sacerdote y el único Dios de todas las
naciones y todos los pueblos habita en cada alma humana, detrás del velo bordado del
sanctasanctórum.