Page 796 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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otros de la misma dignidad o incluso de una superior. Si los «Melquisedec» eran los
soberanos divinos o sacerdotales de las naciones de la tierra antes de que se instaurase
el sistema de gobernantes secularea las afirmaciones atribuidas a san Pablo indicarían
que Jesús era uno de aquellos «filósofos elegidos» o que trataba de restablecer su
sistema de gobierno. Se recordará que Melquisedec también celebró la misma
ceremonia de beber el vino y de partir el pan, como hizo Jesús en la última cena.
Según George Faber, el nombre original de Jesús era Jescua Hammasiah y
Godfrey Higgins ha hallado dos referencias —una en el Midrashjoheleth y la otra en
el Abodazara, comentarios judíos primitivos sobre las Escrituras— que indican que el
apellido de la familia de José era Pantera, porque en estas dos obras se afirma que un
hombre fue curado «en el nombre de Jesús ben Pantera». El nombre «Pantera»
establece una relación directa entre Jesús y Baco, que fue criado por panteras y a
veces se representa cabalgando uno de esos animales o sobre una cuadriga tirada por
ellos. Adeíñás, la piel de pantera era sagrada en algunos ceremoniales iniciáticos
egipcios El monograma «IHS», que actualmente se interpreta como Iesus Hominum
Salvator (Jesús Salvador de los hombres), constituye otro vínculo directo entre los
ritos cristianos y los báquicos. IHS deriva del griego ΥHΣ, que, como indica su valor
numérico (608), es un emblema del sol y constituía el nombre sagrado y oculto de
Baco. [208] Surge entonces la pregunta de si se habrá confundido el catolicismo
primitivo con el culto a Baco, teniendo en cuenta los numerosos paralelismos entre las
dos fes. Si se puede demostrar que sí, quedan resueltos muchos de los enigmas hasta
ahora incomprensibles del Nuevo Testamento.
No es en absoluto improbable que fuera el propio Jesús quien en primer lugar
propusiera como alegorías las actividades cósmicas que posteriormente se
confundieron con Su propia vida. Queda fuera de toda controversia que el Χριστός,
Christos, representa el poder solar que reverenciaban todas las naciones de la
Antigüedad. Si Jesús reveló la naturaleza y el propósito de este poder solar con el
nombre y la personalidad de Christos, proporcionando de tal modo a este poder
abstracto los atributos de un hombre Dios, no hizo más que seguir el precedente
establecido por todos los maestros del mundo anteriores a Él. Este hombre Dios,
dotado así de todas las cualidades de la divinidad, representa lo divino que está latente
en todos los hombres. El hombre mortal solo alcanza la deificación mediante la
redención, que lo devuelve a su Yo divino; por consiguiente, la unión con el Yo
inmortal es la «salvación». Este Christos, u hombre divino en el ser humano, es su
verdadera esperanza de salvación, el mediador vivo entre la divinidad abstracta y la