Page 93 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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se han mezclado en el seno de Némesis-Leda para asociar
se sin dejar de ser distintas y opuestas. De los dos gemelos
varones, uno, Pólux, procede directamente de Zeus, y es
inmortal; el otro, Castor, tiene más cosas de Tindáreo. En
el combate que libran contra sus dos primos, Idas y Lin
ceo, Cástor encuentra la muerte y desciende a los infier
nos, mientras que Pólux, vencedor, pero herido, es eleva
do gloriosamente al Olimpo por Zeus. No obstante su
ascendencia y su naturaleza contrastadas, los dos herma
nos nunca dejan de ser unos gemelos tan unidos entre sí y
tan inseparables como los dos extremos de la viga hori
zontal que los representa en Esparta. Pólux consigue de
Zeus poder compartir la inmortalidad con su hermano, de
modo que cada uno de ellos pasará la mitad de su tiempo
gozando en el cielo de los dioses y la otra mitad en el exi
lio bajo tierra, en los Infiernos, en el reino de las sombras,
entre los mortales. También Clitemnestra y Helena se co
rresponden como una doble calamidad. Pero la primera,
de la que se dice que es la hija puramente mortal de Tin
dáreo, tiene un destino trágico: encarna la maldición que
pesa sobre el linaje de los Atridas, es el espíritu vengador
que aporta una muerte ignominiosa al vencedor de Troya,
Agamenón.
Helena, descendiente de Zeus, siempre está rodeada,
incluso cuando provoca desgracias, de un aura divina. El
resplandor de su belleza, que la convierte, por su poder de
seducción, en un ser aterrador, no deja por ello de realzar
su persona ni de rodearla de una luminosidad en la que se
percibe el reflejo de lo divino. Cuando abandona a su es
poso, su palacio, y sus hijos para seguir los pasos del joven
extranjero que le propone un amor adúltero, ¿es culpable
o inocente? A veces se dice que cedió con gran facilidad a
la llamada del deseo, al placer de los sentidos, que estaba
fascinada por el lujo, la riqueza, la opulencia y el fasto
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