Page 96 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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gos son recibidos en la asamblea, donde algunos descen
dientes de Príamo no sólo intrigan para que se rechace
cualquier compromiso, sino que llegan a sugerir que no se
debe dejar regresar vivos a Ulises y Menelao. Pero Deífo-
bo, que les ha recibido como anfitrión, los protege. Regre
san indignados de su misión y anuncian a Grecia el fraca
so del intento de conciliación. A partir de este momento,
todo está a punto para que estalle el conflicto.
MORIR JOVEN, PERO GOZAR DE UNA GLORIA
IMPERECEDERA
De momento, la expedición contra Troya no parece
haber provocado un entusiasmo unánime entre los grie
gos. El propio Ulises habría intentado escamotearse. Pene
lope acababa de darle un hijo, Telémaco. Le parecía un
momento poco adecuado para abandonar a la madre y al
niño. Cuando le anunciaron que había que embarcarse y
recuperar, por la fuerza de las armas, a Helena, raptada
por el príncipe troyano, simuló la locura para escapar a esa
obligación. El más sabio y el más astuto fingirá ser un dé
bil mental. El anciano Néstor viaja a Itaca para comuni
carle la orden de concentración. Ve a Ulises tirando de un
arado uncido a un asno y un buey, y el héroe camina hacia
atrás sembrando guijarros en lugar de trigo. Todo el mun
do está consternado, a excepción de Néstor, que es lo sufi
cientemente astuto para adivinar que Ulises ha recurrido a
una de sus tretas habituales. Mientras camina a reculones
y el arado avanza, Néstor coge al pequeño Telémaco y lo
deja delante de la reja. En ese momento, Ulises recupera
la cordura y coge al niño en brazos para que no le ocurra
nada. Una vez desenmascarado, acepta partir.
En cuanto al viejo Peleo, esposo de Tetis, que ha visto
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