Page 97 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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morir a todos sus hijos  menos Aquiles,  no soporta la idea
          de  que  también  éste  tenga  que  partir  un  día  a  la  guerra.
          Toma  entonces  la  precaución  de  mandar  al  muchacho  a
          Esquena, donde se oculta entre las  hijas del rey de la isla.
          Aquiles vive allí como  una muchacha,  en  el gineceo.  Des­
          pués  de haber  sido  educado  en  su  infancia por Quirón  y
          los  Centauros,  acaba  de  alcanzar aquella  edad en  que  los
          sexos todavía no están marcados ni claramente diferencia­
          dos.  Sigue  sin  asomarle  la  barba,  no  tiene  vello,  tiene  el
          aire de una jovencita encantadora,  con esa belleza indecisa
          de los adolescentes que pueden ser tanto chicos como chi­
          cas,  o  viceversa.  Vive  despreocupado  entre  sus  compañe­
          ras.  Ulises va a buscarlo.  Le contestan que no hay mucha­
          chos  en  ese  lugar.  Ulises,  que  se  ha  presentado  como  un
          vendedor ambulante de artículos de  mercería,  pide que le
          dejen entrar. Ve a unas cincuenta muchachas y Aquiles no
          se distingue entre ellas. Ulises saca de su cuévano, para ex­
          hibirlos,  telas,  bordados,  prendedores, joyas,  y cuarenta y
          nueve  de las  muchachas se abalanzan a admirar las  frusle­
          rías,  pero  hay  una  que  permanece  aparte  e  indiferente.
          Ulises saca entonces  un puñal, y esta joven encantadora se
          precipita  sobre  él.  Al  otro  lado  de  las  paredes  suena  una
          trompeta guerrera;  el  pánico  se  apodera  del  gineceo  y las
          cuarenta y nueve muchachas  huyen  con sus  trapos  mien­
          tras  que la  otra,  con  el  puñal  en  la  mano,  se dirige  hacia
          donde suena la  música  para disponerse  a  la  lucha.  Ulises
          desenmascara a Aquiles usando una treta, igual que ha he­
          cho Néstor con él. También Aquiles está dispuesto a ir a la
          guerra.
              La  diosa  Tetis  no  podía  soportar  que  los  siete  hijos
          que  tuvo  antes  de Aquiles  fueran  simples  mortales  como
          su  padre.  Así  que,  desde  que  nacían,  intentaba  hacerlos
          inmortales. Y los arrojaba al fuego para que les secara toda
          aquella humedad portadora de  corrupción  que  hacía  que

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