Page 133 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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ESTUDIO PRELIMINAR
En el verso 1003, cuando Atenea está celebrando la concordia
con las Erinias, ingresa un cortejo de jóvenes que visten mantos
de color púrpura y portan antorchas en sus manos. Este mismo
grupo de atenienses es el que sale acompañando a las Erinias a su
nueva morada. El Cortejo pide un silencio solemne mientras las
ahora Euménides abandonan la escena. Una vez que las nuevas
deidades se han marchado, el Cortejo se dirige al pueblo para que
grite un canto celebratorio.
De esta manera, las Erinias se convierten en las patronas del
tribunal del Areópago, donde se juraba en nombre de ellas. Si se
cometía perjurio, el que hacía el juramento podía ser destruido
junto con su descendencia. Tal fue el poder que estos dioses con-
servaron desde tiempos inmemoriales. La consideración debida a
estas deidades en el espacio democrático equilibraba, hasta cierto
punto, las discrepancias jurídicas y políticas. “Al final de la trilo-
gía, Zeus y las Parcas se reconciliarán. Así, según Esquilo, al pro-
greso del hombre le acompaña, y hasta lo determina, un proceso
paralelo entre los dioses y, en ambos casos, el progreso se efectúa
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a través del conflicto”. La Orestiada revela una secuencia de
confrontaciones entre fuerzas diferenciadas, entre oposiciones de
naturaleza irreconciliable, pero que a final de cuentas hallan aco-
modo para pervivir. Lo anterior lleva a pensar que la tragedia es
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un proceso inmanente entre los humanos, mientras que el modo
en que éstos imaginan a los dioses e inventan sus reglas sociales
determina un arreglo sui generis.
187 Thomson 1970, p. 56.
188 Cf. Reinhardt 1949, pp. 151-152.
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