Page 179 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides

AGAMENÓN

Ingenuo en demasía el femenino límite es invadido 485
raudamente, pero como es de corta vida
la mujeril proclama, pronto fallece su rumor.

Clitemnestra
Pronto sabremos si los portadores de antorchas
que traen el fulgor y el traspaso del fuego 490
en efecto son verdaderos o, como en sueños,
esta encantadora luz engañó la mente.
De la costa estoy viendo un heraldo cubierto con la sombra
de las ramas del olivo, esto lo confirma el hermano
del lodo, vecino del sediento polvo: 495
ni la mudez, ni la encendida antorcha
con leña de la ladera te dará señales con humo del fuego,
antes bien, al hablar dirá algo más venturoso,
pues lo contrario a este dicho yo rechazo.
¡Que el bien ya aparecido llegue a sumarse con otro bien, 500
y aquel que haga votos en contrario para la ciudad
que el mismo recoja los frutos de su errado pensamiento!

(Entra un heraldo.)

Heraldo
¡Oh paterno suelo de mi argiva tierra,
con este clarear del décimo año estoy llegando a ti:
ésta alcancé entre muchos jirones de esperanzas! 505
Pues nunca pensé que en esta tierra argiva
al morir no tomara parte de mi querida tumba.

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