Page 187 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides

AGAMENÓN

desde el cielo a la tierra en los prados 560
las gotas de rocío caían, aferrada calamidad
de nuestras ropas, infestando de bichos los cabellos.
¡Y si hablara uno del invierno, asesino de aves,
cuán insoportable resultaba la nieve del Ida,
o el calor, cuando el mar en el mediodía 565
reposa durmiendo en su lecho sin olas ni viento!
¿Qué caso tiene lamentar esto? Se marchó la pena,
se marchó y ahora a los que han muerto
ya nunca jamás les inquietará ponerse en pie.

¿Qué necesidad hay en contar con precisión a los caídos, 570
y el que vive sufra una doliente suerte?
De todos estos sucesos considero que hay que alegrarse.
Para nosotros, los que quedamos del ejército argivo,
triunfa la ganancia, y la calamidad ya no es contrapeso,
así que hay razón para jactarse a la luz del sol, 575
habiendo volado por encima del mar y de la tierra.
“Cuando fue capturada Troya, entonces el ejército de los argivos
para los dioses este botín en cada uno de los templos
de la Hélade dispuso, por su antiguo esplendor.”

Es preciso que quienes oyen tales cosas elogien a la ciudad 580
y a sus estrategos, y será honrado con la gracia
de Zeus, quien logró esto. Ahí tienes todo el relato.

Corifeo
He sido vencido por tus palabras, no lo niego,
pues siempre los ancianos aprenden bien de la juventud.
Y que estas cosas al palacio y a Clitemnestra les incumban 585
es totalmente indiscutible, y a mí me enriquecen.

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