Page 241 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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AGAMENÓN
Y sobre ti cae una maligna
deidad, pesada en extremo, que te obliga 1175
a cantar padecimientos lúgubres que traen la muerte.
Pero en la finalidad me pierdo.
Casandra (Baja del carro.)
Con certeza mi oráculo ya no a través de los velos
habrá de mirar, como una novia recién casada,
mas parece que brillante hacia el sol naciente 1180
se lanzará espirando, de modo que, como ola,
arrastrará hasta sus rayos este penar que es mucho
mayor. Te lo explicaré ya sin enigmas.
Y sean mis testigos siguiendo conmigo la pista de males
rastreada por el olor de antiguos sucesos. 1185
Pues a esta morada jamás la abandona un coro
armónico pero no con buena voz, pues no habla bien.
Porque habiendo ya bebido para ganar mayor audacia
sangre humana, la pandilla en la casa permanece,
difícil de desterrar, la de las Erinias de esta familia. 1190
Y entonan un himno, establecidas en las casas,
de la primigenia perdición: por turno escupen
el lecho del hermano, hostiles con el que la hollaba.
¿He errado o he acertado como si fuera un arquero?
¿O una falsa adivina soy que llama a la puerta? 1195
Sé testigo dando juramento de que conozco
de palabra los antiguos errores de esta casa.
Corifeo
¿Y de qué manera un juramento firme, pactado con nobleza,
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