Page 285 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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AGAMENÓN
pues él se llevaba todo con la alegría de su voz; 1630
pero tú, enardeciéndome con tus banales ladridos,
serás arrastrado: bajo el poder, más sumiso te mostrarás.
Corifeo
¡Así que tú serás el tirano de los argivos,
el que, una vez que fraguaste la muerte de éste,
no tuviste el valor para hacerlo matándolo tú mismo! 1635
Egisto
Pues era claro que había que engañarlo con una mujer:
yo era visto con suspicacia por ser un enemigo de antaño.
Pero con sus caudales intentaré
regir a los ciudadanos; y a aquel que no sea obediente
lo unciré con gran peso y no como compañero de yugo, 1640
potro sobrado de cebada, sino que la odiosa vecina
de la oscuridad, el hambre, débil lo verá.
Corifeo
¿Y por qué a ese hombre con tu vil alma
no lo asesinaste tú mismo, sino que, según tú, una mujer,
mancha de esta tierra y de los dioses de este país, 1645
lo aniquiló? Orestes sin lugar a dudas ve la luz
para que vuelva aquí con favorable fortuna
y de ambos llegue a convertirse en ejecutor todopoderoso.
Egisto
Puesto que consideras hacer y decir tales cosas, te darás
[cuenta pronto.
¡Vamos pues, amigos camaradas, este trabajo ya no es lejano! 1650
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