Page 83 - Los siete sabios de Grecia, en sus siete veneradas sentencias
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á¿ Grecia^
     tímiilo de la ira, refrenándola (iin^
     vez encendida)   y convirtiendo en
     apasibles demostraciones todo aquel
     amenazado rigor; por qné no ha de
     poder  el hombre, que tiene razón,
     para considerar, que no hay moti-
     vo suficiente para ayrarse, conte-
     nerse en los límites prudentes de la
     paciencia? Y si un bruto conoce,
     aun entre las ceguedades de enojado;
     por qué ha de ser tal la del hombre,
     que solo aplique su conocimiento a
     la venganza
                 , empleándola con tan
     cruel pasión en  el mayor amigo,
     deudo, ó propinquo, sin que este
     conocimiento le sirva para hacer re-
     flexión  , que le modere en su enojo?
        Tigranes, auxiliado de Mitrida-
     tes, fue el mas cruel enemigo, que
     tuboPompeyo;
                      y vencido de  este
     pudo tanto su ira, que arrojó con
     escandalosa sobervia  las Armas
     la Corona                      , y
                á los pies de Pompeyo,
     motivándole con acciones,    pala-
                                y
                                 bras
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