Page 85 - Los siete sabios de Grecia, en sus siete veneradas sentencias
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de Grecia.         61
    áió con notable quietud de animo
    Diogcncs: Que importa que      ellos
    me escarnezcan  , y burlen , si yo no
    me tengo por escarnecido, ni burla^-
    do? Esto es lo mismo que aconseja
    Sócrates  , y este el exemplo  , que
    debe seguir , el que vencido del po-
    deroso dominio de la ira, le amena«
    za el mas perjudicial precipicio del
    animo.
       Nada hay mas eficaz contra los
    estímulos de la ira
                       , que ver a otro
    enojado, verdaderamente
                               se apre-
    hende de aquella fiereza un deseo
    preciso de tranquilidad
                           , por no in-^
    currir a la vista de otros, en lo que
    á la propria vista ofende tanto. Es-
    to fue  lo que le sucedió á Pitaco,
    que habiéndose casado con una mu-
    ger sumamente iracunda
                            , combidó
    un dia a comer á unos amigos
                                 , y es-
   tando en la gustosa unión del com-
   pite, por muy ligera causa se irritó
    *n iraigcr, desueit«, que echó á ro-
                                dar
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