Page 160 - DERECHO INDÍGENA Y DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA LATINA (1988)
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La Federación es cada uno de los shuar que del río Pastaza al río Santiago;
del valle del Upano del río Morona, desde centenares de años, han vivido, viven y
quieren seguir viviendo. Vivir como hombres, con sus derechos elementales, libres
de decidir su propio camino, cultivar su propia tierra. Asegurar para sí y para sus
hijos estas tierras, ahora antes de ser despojados de ellas por el primer gamonal
que baja de la sierra.
Esto es la Federación; somos todos los Shuar del Oriente, que a un cierto
punto de nuestra vida hemos comprendido, nos hemos dado cuenta de que la
única forma para poder sobrevivir era unirnos todos; unirnos para no ser borrados
de los mapas como ya pasó y está pasando a muchos de nuestros hermanos
indígenas en el país y fuera de él. (...).
La Federación es todo lo que nos dejaron nuestros antepasados, nuestros
padres; los cantos, las leyendas, la música, la caza, la chicha... la cultura Shuar; la
misma cultura que, conscientes de la realidad, queremos seguir transmitiendo a
nuestros hijos. Nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestra mentalidad, que
confrontadas con muchas otras culturas que muchos llaman "civilización", tiene
algo más que dar a esta civilización y sin presunción podríamos afirmar, tiene
muchos valores más que proponer y transmitir. Por esa razón, seguiremos
transmitiéndola a nuestros hijos. (...).
Si hoy reclamamos nuestros derechos, es porque estamos conscientes que
estos derechos no quieren reconocérnoslos hoy, estos derechos son pisoteados.
Las personas honestas son testigos de este hecho. Pedimos a estas personas
honestas, a las autoridades, a los religiosos honestos, a la opinión pública de
nuestro país, a los estudiantes, campesinos, obreros y a todas las personas que
creen en la justicia, que levanten su voz, no para defendernos sino para defender
el sentido mismo de la justicia que hay dentro de ellos.
A todos los hermanos shuar les decimos:
Estamos unidos, sigamos juntando nuestros esfuerzos; miremos hacia
adelante pero nunca dejemos de mirar hacia atrás, hacia lo nuestro, hacia lo que
es Shuar, lo que es nuestra cultura, lo que nos transmitieron nuestros padres, los
valores de siempre. Sigamos dando a nuestros hijos estos valores, sean ellos
graduados u hombres de campo, carpinteros o cualquier cosa que quieran ser en
la vida. Hagamos comprender a nuestros hijos que regresan de los planteles
escolares acomplejados a nuestros centros, con la camisa muy blanca y el
castellano fácil, que no será sólo por la camisa blanca y el saber hablar castellano
lo que hará de ellos hombres útiles para la comunidad. (...).
A todos los que se han portado honestos y amigos nosotros les decimos:
Necesitamos hoy más que nunca la solidaridad de ustedes aunque sea con
una palabra. Necesitamos saber que hay gente que nos sigue, que no estamos
solos en esta tarea, en este momento, que ciertamente, no es fácil. Los problemas
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