Page 41 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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nuestro poder con ellos... Entonces cerrarán los ojos y dejarán venir los
                  acontecimientos...

                         Los Gentiles son un rebaño de carneros y nosotros somos para ellos los
                  lobos. Y ¿ya sabéis lo que sucede a los corderos cuando el lobo llega a penetrar en el
                  redil? Cerrarán aún los ojos, sobre todo, por las promesas que les haremos de
                  volverles todas las libertades que les hemos arrebatado, cuando los enemigos de la
                  paz se hayan calmado y los partidos queden reducidos a la impotencia. ¡Por
                                                    supuesto    que   los  Gentiles   podrán   esperar
                                                    sentados la vuelta del pasado!...

                                                           ¿Para qué habíamos de inventar e inspirar a
                                                    los Gentiles toda esta política sin darles los medios
                                                    de conocerla a fondo, sino para poder emprender
                                                    en secreto lo que nuestra raza dispersa no podía
                                                    intentar directa y abiertamente? Esto nos ha
                                                    servido de base para nuestra organización de la
                                                    Francmasonería secreta, que no es conocida y
                                                    cuyos   designios   ni   siquiera  sospechan    los
                                                    imbéciles Gentiles, alistados por nosotros en el
                                                    ejército visible de las logias para distraer las
                                                    miradas de los hermanos.

                                                           Dios  nos  ha  dado  a  nosotros,  su  pueblo
                                                    elegido, la dispersión, y en esta debilidad de
                                                    nuestra raza radica nuestra fuerza que hoy nos
                                                     conduce al solio de un reino universal. Poco es lo

                  que nos falta edificar sobre estos cimientos.








































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