Page 121 - Egipto Tomo 1
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                                  A TRATES DE LA DELTA             103
                Donde  se  asienta hoy Desuk, debió levantarse en otro tiempo  la célebre Neukratis;
              mas nos  afanaríamos  en vano buscando  algún  resto  de  los  pasados tiempos:  ni un
                             fragmento  de  cerámica,  ni una  insignificante piedra en apoyo
                             de semejante presunción. No cabe dudar que la colonia griega
                             perteneció  al nomo  saitico;  pero hallábase algo más lejos que
                             Desuk,  en  dirección  al  Oeste.  Fijar de un modo  preciso  el
                             punto en que se encontraba, es imposible de todo punto; pues
                             no existe dato alguno que sirva de base sólida á semejante hi-
                             pótesis.
                                Adelante pues: sigamos nuestro camino marchando hácia  el
                             Norte,  y  apresurémonos,  si  es que deseamos  visitar  Roseta,
                             (Reshid)  y  llegar  oportunamente  á  Tantah,  para  asistir  al
                              comienzo de la gran feria.
                                Un  viento  favorable  hincha  nuestras  velas:  á  la derecha
                              dejamos  la linda  y  aseada  villa de Fera, y á la izquierda  la
                              de Fum—el-Mahmudijeh  , en cuyo punto se hallan instaladas las
                          • U'  •
                              máquinas de vapor que aspiran  el agua  del  rio para alimentar
                CASA CON BALCON EN ROSETA
                              el canal que enlaza Alejandría con  el Nilo. Uno en pos de otro
              ofrécense á nuestras miradas pequeños lugares agrupados en derredor de esbelto alminar,
              que desaparecen al cabo en medio de inmen-
              sas tierras de labor perfectamente cultivadas.
              A  la calda de la tarde pasamos delante de la
              colina de Abu-Mandur, que coronan gallardas
                     preséntase de improviso el puerto
              palmeras, y
              de Roseta cuajado de embarcaciones árabes.
              La casa del general en jefe de las fortificacio-
              nes de  la costa, (un americano que se con-
              quistó un nombre ilustre durante la guerra de
              secesión),  nos  ofrece hospitalario  albergue,
               al otro dia, acompañados por  el  hijo  del
              y
              bravo militar, visitamos las calles, los bazares,
              las mezquitas y los jardines de la ciudad.
                Numerosas columnas y  pilastras griegas
              restan aún de la antigua Bolbitina, utilizadas
              unas  en  mezquitas  ó  casas  particulares
              subsistentes  otras á campo  raso,  de  pié  ó
                                                     TABLA DE ROSETA
              derribadas en  el suelo; pero ni un edificio,
              ni una inscripción de época anterior. Gran número de casas de muy  bella  apariencia,
                                     exterior casi completamente europeo, son testimonio
              de dos y  tres pisos, con balcones y
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