Page 219 - Egipto Tomo 1
P. 219
,
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES 205
toros sagrados á los cuales vivos, daban los egipcios el nombre de Apis, y muertos el
de Osou-Hapi, (Osiris-Apis). Adorábaseles como encarnación del alma de Osins en el
mundo inferior, es decir, del principio que despierta á nueva vida cuanto dejó de ser.
Dábase el nombre de Sokari á la divinidad que presidia las metamorfosis que el alma
experimentaba hasta el momento de su completa absorción en el espíritu del mundo. El
templo de Osiris—Apis elevábase bajo el imperio de dicho dios, al paso que el Serapeum
griego procedia de una modificación del Osiris—Apis egipcio: de aquí que al lado de lo»
sepulcros egipcios de Apis y de su templo, se erigiera más tarde un Serapeum griego.
En 1850 se descubrieron diferentes esfinges en las cercanías del lugar en que se halla
la casa de Mariette
acontecimiento que
evocó en la memoria
del ilustre egiptólogo
el recuerdo de un pa-
saje de Strabon, en el
cual este geógrafo pun-
tualísimo consigna
que en la necrópolis
ESFINGE DEL SERAPEUM
ESFINGE DEL SERAPEUM
de Memphis existe un
Serapeum edificado sobre un sitio tan arenoso , que las esfinges yacen semi—cubiertas por
el polvo, y que en las épocas en que reinan fuertes vientos los que visitan el templo corren
inminente peligro de verse envueltos por los torbellinos de arena. Semejante recuerdo
suscitó en su mente el deseo de practicar excavaciones encaminadas á descubrir los restos
del Serapeum, en los sitios en que Fernandez desenterrara las esfinges. Emprendió pues
las excavaciones, y como no eran muy cuantiosos los recursos de que podia disponer,
tuvo que vencer con su energía las dificultades de todo género que le salian al paso. La
arena amontonada en el transcurso de los años, habíase, si así podemos decirlo, coagulado
v endurecido: los muros resultantes de las brechas practicadas con gran trabajo desmo-
ronábanse frecuentemente, llenando en su derrumbamiento la excavación: mas al cabo,
después de grandísimos trabajos se descubrió la calle de las esfinges, y entonces fué dable
reconocer que ponían en comunicación el Serapeum griego y el egipcio. Mariette puso
en primer lugar de manifiesto el santuario helénico, hoy cegado de nuevo por las arenas,
v después los sepulcros de Apis que se cuentan entre las maravillas de Egipto, y que no
deja de visitar ninguno de los viajeros que van al Cairo. El templo, del cual dichas tumbas
no constituven en rigor más que la parte subterránea, derrumbóse hace mucho tiempo,
de manera que contemplando el inmenso desierto que por todas partes le rodea, no es
posible imaginar siquiera el aspecto de completa desolación que presentaban estos lugares,
no sólo en tiempo de los Tolomeos, sino también en el de los Césares, en los cuales existían
en las cercanías, formando parte integrante del templo, edificios distintos, á cual más
EGIPTO, TOMO I. 5 2