Page 275 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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2Ó4 Parte II. Doctrina espiritual de Abenarabi
Como ellos, también propende Abenarabi al sincretismo en lo es-
peculativo o teórico, según vimos al fijar los caracteres de su sistema,
en el cual entran elementos de la más varia procedencia (1). No creo,
en cambio, que sea también sincretista Abenarabi en lo que toca a la
vida ascética: el acceso a la iluminación mística no depende para él
—como Massignon sospecha—del uso de todos los métodos cultuales,
es decir, de las prácticas de mortificación y purgación del alma reco-
mendadas por todas las religiones sin exclusión (2). Yo al menos no
acierto a encontrar en sus obras base inequívoca para tal actitud, pro-
pia de los modernos teósofos. En metafísica, sí, ya lo hemos dicho:
Abenarabi es sincrético; en espiritualidad, tanto ascética como mística,
es unitario: su doctrina y su método para lograr la perfección son ne-
tamente musulmanes, aunque de remoto origen cristiano, según hemos
visto. Es más: en el Amr preconiza la orientación inflexible y unilateral,
como garantía de éxito en la vida espiritual (3). Sus biógrafos re-
cuerdan a este propósito uno de sus sagaces avisos contra las asechan-
zas de Satanás, que a todo evento sugiere al devoto continuos cambios
en los ejercicios de piedad, seguro como está de que esta voluble con-
ducta contribuye a debilitar en el alma los más firmes propósitos (4).
Para mí, pues, el alcance de los textos a que parece referirse Massi-
gnon, cuando supone en Abenarabi la recomendación del eclecticismo
de los métodos ascéticos de todas las religiones, es muy otro: no se tra-
Caracteres, § 1
( 1 )
(2) Cfr. Massignon, Essai, pág. 30, n." 1.—He aqui un pasaje de su Kitab
dzajáir al-aalac (pág. 50), que es bien explícito en contra de tal sospecha:
"Bien sabemos que la salvación es lo que todas las almas buscan y lo que los
adeptos de toda religión apetecen. Lo que hay es que ellos ignoran en qué
consiste la salvación, por eso ignoran también el camino que a la sal-
y
vación conduce. Todo el que profesa una secta o una religión se imagina
que está dentro de la senda que a la salvación guía. Las disputas que es-
tallan entre los partidarios de las diferentes sectas y religiones versan tan
sólo respecto del camino que cada cual sigue para llegar a la salvación, pero
no respecto de ésta. Si el que yerra en la elección del camino supiese que anda
errado, de seguro que no lo seguiría."
(3) Cfr. Amr, 92-93, 97.
(4) Cfr. Fotnhat, I, 9.