Page 43 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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36            Parte  I. —  Vida de Abenarabi
       lia, después de rendirse Murcia a las armas de  los Almohades. Su
       educación  literaria y religiosa debió ser perfectísima: en sus obras
       cita repetidas veces a sus maestros de lecturas alcoránicas, historia,
       literatura, poesía y tradiciones del Profeta, que, en Sevilla principal-
        mente,  le explicaron los libros clásicos de cada materia (1). Sus in-
       clinaciones al principio no debieron ser hacia la vida devota: las letras
       y la caza ocuparon su corazón, apartándolo de Dios. En su vejez re-
        cordaba con pena aquellos años de su infancia y primera juventud,
        perdidos en cacerías por los campos de Carmona y Palma del Río, con
        los caballos y criados de su padre (2).

         "En  la época de mi disipación, iba yo de viaje cierto día en compañía de
        mi padre, entre Carmona y Palma, cuando topamos con un rebaño de onagros
        o asnos salvajes que estaban paciendo. Era yo entonces muy apasionado por
        su caza; y los criados habíanse quedado atrás, muy lejos de nosotros. Refle-
        xioné un instante y formé en mi corazón  el decidido propósito de no hacer
        daño  ni a uno tan sólo de aquellos animales; pero así que  el caballo alazán
        que yo montaba los vió, lanzóse hacia  ellos relinchando de gozo;  lo refrené
        con violencia para detenerlo, hasta que llegué adonde los asnos salvajes pa-
        cían, y entonces, a pesar de que en la mano llevaba mi lanza y de que el caba-
        llo se metió entre ellos, de modo que  el hierro de mi lanza pasaba rozando en
          (1)  Los principales maestros de Abenarabi, citados por  el autor de  su
        biografía inserta  al frente del Fotuhat  (I, 2), son  los siguientes: Abubéquer
        Mohámed  b. Jálaf b. Saf  el Lajmí y Abulcásem  el Xarrat  el cordobés, que  le
        enseñaron en Sevilla las lecturas alcoránicas a los diez y ocho años de edad.
        La misma materia aprendió con el maestro Albubéquer Mohámed b. Abuchamra.
        Las tradiciones del Profeta las estudió con varios maestros en Sevilla y otras
        poblaciones.  Entre  ellos  se  citan  a Abenzarcún,  Abenalchad, Abulgualid  el
        Hadri, Abdelmónim  el Jazrachí, Abucháfar  b. Mosali,  etc. Siguió también  los
        cursos del jurista y teólogo Abumohámed Abdelhac de Sevilla, discípulo me-
        diato del célebre Abenházam, cuyas obras completas estudió bajo  la dirección
        de aquél. A esta enseñanza se debió  el criterio dahiri o literalista que en dere-
        cho profesó Abenarabi.
          De otros maestros de Abenarabi en estas materias literarias y teológicas,
        ajenas a su posterior profesión ascéticomística, da  él mismo noticias inciden-
        tales en su Fotuhat. Sirva de ejemplo  (I, 514): "Esta opinión sostenía nuestro
        maestro Abuabdalá Benalás en  Sevilla, donde se la  oí textualmente más de
        una vez."
         (2)  Fotuhat, IV, 700.
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