Page 32 - Descripcion histrica y cronolgica de las dos piedras : que con ocasion del nuevo empedrado que se est formando en la Plaza Principal de Mxico, se hallaron en ella el ao de 1790. Explcase el sistema de los calendarios de los indios, el mtodo que tenian de dividir el tiempo, y la correcion que hacian de l para igualar el ao civil, de que usaban, con el ao solar trpico. Noticia muy necesaria para la perfecta inteligencia de la segunda piedra: que se aaden otras curiosas instructivas sobre la mitologa de los mexicanos, sobre su astronoma, y sobre los ritos y ceremonias que acostumbraban en tiempo de su gentilidad.
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do, con los caracteres numéricos que demuestran los que ha-
                           blar? corrido, & las fiestas del fuego nuevo que habían celebra-
                           do desde la que hicieron en Ácahualtzinco, ó Tlaiixco, el ano
                           orne Acatl, correspondiente al 109 1 de la Era Christiana (*) :
                           de ¡a misma manera lo asientan los Autores Indios en sus ma-
                            nuscritos.
                             ^   La Época de los Mexicanos, como se ha dicho, fue el
                           a^o ce Tecpatl; pero
                                              el principio de su Ciclo es e| ce Toch-
                           %i PPr ser principio de Indicción, aunque por una especie de
                            a$o religiosa consagraban i honor de Huitzilopochtli el año
                                                                         si-
                                 E í A
                            2!¡%r  -  í te Clav, 'g ero en el tom - *A 6. pág. 63. de su Storia antica
                                             >
                            ap mes,stco s dice, que se podrán extrañar dos coías en el sistema de los M*-
                            "fe^   üm n
                                     > ? y$m K0Í0P, sus meses por el curso de la Lunai y la otra,
                            ^hallarse algún cara&er particular que distinguiera un siglo del otro. Ea
                            quanto a lo primero, no duda que los meses q*e llama astronómicos, estén
                            acomodados á los periodos de la Luna; pero en, quantoá lo segundo, aunque
                            se persuade que tuvieran algún carafter para distinguir un siglo del- otro» dice,
                            que no lo pudo, hallar en ningún Autor; ma non. lo abbiamo fotuto tro-vare
                           ptesso. verunAutore. Es de admirar que" habiendo estampado el gerogJífico
                            del Ciclo mexicano,, coa. la nota de tal, en la lámina de la oág. 102, señalado
                            con la letra Ej y visto la obra, delDr. Gemelli
                                                          titulada Giro del Mondo, que
                            cita vanas veces, no hubiera advertido en el Mapa que se halla á Ja pág 38
                            del tomo 6. (que es el que representa la salida que hicieron los Mexicanos de
                            Aztian su Patria,
                                        y todas sus peregrinaciones, hasta llegar al lugar donde
                            tundarona México) el mismo gerogJífico del Ciclo, sobre
                                                                  el símbolo de la
          i  r              Ciudad de CoJhuacan, con quatro circulillos ó caracteres numéricas, que de-
                           notan que en aquella Ciudad cumplieron quatro Ciclos, desde el que comen^a-
                           ron a contar en Tlailixcoj. ó Ácahualtzinco, ó que allí ataron la quarta vez el
                           periodo de sus años. Masr los Autores Indios, quando llegan en sus relaciones
                           al año orne Acatl, regularmente expresan el numero de veces que hasta
                                                                          allí
                           habían atado sus años; esto es, sus Ciclos completos, ó el numero de veces que
                           habían sacado el fuego nuevo al. principio de ellos. Varios de los Escritores
                           del siglo XVI. así lo asientan: uno de ellos, que cita con aplauso en su noticia
                           inserta ai principio de su obra, es Don Domingo de San Anron Muñón Chi-
                           malpain, qaien, en sus Comentarios históricos, hablando del tiempo que estu-
                           vieron
                                los Mexicanos en A pazco, donde pasaron el año orne Acatl, dice, que
                           ajh ataron el Ciclo la tercera vez, y sacaron el fuego sobre el monte Tepetl-
                           huitzcol, ó monte lleno de espinas: oncan inyexpa quilpillieoininxiub Mexi-
                           caan Apazco y icpac buetz intlequabuitl imtoca Tepetlbuitzcol. De la misma
                           manera se cuenta en otra relación, que después que ataron ei Ciclo los Mexi-
          ti  '!''         canos la quarta, vez, hicieron asiento en Tenuchtitlan, donde fundaron Ja Ciu-
                           dad el año omecatli, correspondiente al nuestro 1325. Ya vimos antes,, que el
                           mismo Chimalpain .refiere k primera atadura del Cielo cb Tialuco ó Alá-
                                              ,
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