Page 1 - Narrativa Y PLANIFICACIÓN
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NARRATIVA.
En mi primer año del profesorado de educación primaria, las docentes de
práctica junto con profesoras de otras áreas nos invitaron a observar un espacio
no formal. Este espacio se encuentra un tanto alejado de la ciudad, es un barrio
carenciado denominado “Pueblo Chico”, presenta características tales como un
alambrado en la parte frontal que lo rodea, como señal de defensa o con
propiedades de muro, compuesto con viviendas inestables, inseguras y de poca
duración ubicadas a la par, separadas por una calle que parece ser la principal
del barrio.
Antes de la llegada al lugar nos sentíamos intrigadas e inseguras por lo que nos
fuéramos a encontrar, los comentarios sobre el lugar no eran buenos, teníamos
dudas, pero ellas fueron respondidas cuando al llegar, los niños nos recibieron
con mucho amor y entusiasmo.
Al observar el comportamiento de los pequeños pude notar la carencia de hábitos
de alimentación, de higiene y la insuficiencia de recursos materiales como así
también afectivos.
Nos permitimos participar en la repartición de la taza de leche que les entrega
una señora del barrio a diario en el salón comedor Malón- Uniendo Caminos, a
este espacio concurren todos los pequeños del barrio, los siete días de la
semana. Fue muy grato poder prestar nuestro servicio de dos horas cada quince
días.
No solo tuvimos la oportunidad de darles la merienda, sino que también se
planificaron actividades y modalidades de modo que los niños podían
desenvolverse en dinámicas motrices como juegos de rondas, juegos de rapidez,
y trabajos de relajación como el pintado y dibujado de diferentes animales o
personajes estimulando sus sentidos.
Durante este periodo pudimos visualizar rutinas y rituales, contexto, relaciones
entre sujetos, compartiendo espacios de lectura, de juegos, de expresiones
artísticas, favoreciendo el desarrollo de las capacidades de oralidad, lectura y
escritura a través de la interacción con los mismos, respaldando las propias
identidades y estructuras emocionales.
Al comedor asisten niños de distintas edades que varían desde los 2 a los 10
años, que en general, reciben una educación básica a través del jardín de
infantes y escuela primaria que se encuentra a unas pocas cuadras del barrio
(escuela Bartolomé Mitre). Se nota la falta de enseñanza familiar. Me permito
decir que una de los conocimientos que nos pequeños no han adquirido son los
hábitos de higiene, alimentación y cuidado general del cuerpo.
Para esta problemática a mi parecer la mejor opción es enseñar a las familias el
conocimiento y cuidados del cuerpo de los estudiantes. Es por ello que diseñé la
planificación del siguiente proyecto.
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