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El Popol Vuh 65
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Como ellos sabían [que estaba] [próxima] su pérdida, su muerte, dieron órdenes acerca de
ella a sus engendrados. Ningún signo de enfermedad. No gimieron, no tuvieron angustia, cuando
dejaron su Palabra a sus engendrados. He aquí los nombres de sus engendrados. Brujo del
Envoltorio engendró dos [hijos]: Qo Caib nombre del primer hijo, Qo Cavib nombre del segundo
hijo, hijos de Brujo del Envoltorio, abuelos, padres, de los Cavik. He aquí también los dos que
engendró Brujo Nocturno, he aquí sus nombres: Qo Acul nombre del primer hijo. Qo Acutec se
llamó el segundo hijo, de Brujo Nocturno, [abuelos, padres] de los de Niha. Guarda-Botín no
engendró más que uno, llamado Qo Ahau. Estos tres engendraron. Brujo Lunar no tuvo hijos. En
verdad, tales son los nombres de los engendrados de Los de las Espinas, Los del Sacrificio.
Entonces éstos les dejaron sus órdenes. Juntos estaban los cuatro. Cantaron en la aflicción de
sus corazones; sus corazones gimieron mientras cantaron: “Nosotros Vemos”, [es el] nombre del
canto que cantaron cuando hicieron sus recomendaciones a sus engendrados. “Oh hijos
nuestros, vamos, nos regresamos; palabras del alba, preceptos del alba, os damos”. “Oh
esposas nuestras, vosotras vinisteis también de nuestra lejana comarca”, dijeron a sus esposas,
haciendo recomendaciones a cada una. “Ya está preparado, está manifiesto en el cielo el
Símbolo de los Jefes. Nosotros no hacemos más que regresar: hemos cumplido nuestra tarea;
nuestros días están acabados. Pensad en nosotros, no nos borréis de vuestra memorial, no nos
olvidéis Vosotros veréis vuestra casa, vuestro país. Prosperad. Que así sea. Seguid vuestro
camino. Ved de dónde vinimos”. Así dijo su Palabra, cuando ellos ordenaron. Y entonces Brujo
del Envoltorio dejó el signo de su existencia. “He aquí el recuerdo mío que o? dejo. He aquí
vuestra Fuerza. He ordenado, decidido”, dijo. Dejó entonces el signo de su existencia, la Fuerza
Envuelta, así llamada: su faz no se manifestaba, sino que estaba envuelta; no se la desenrollaba:
a costura no aparecía porque se la envolvía sin [que fuese] visible. Así ordenaron ellos cuando se
desvanecieron en la cima de la montaña. No fueron inhumados por sus esposas, sus hijos.
Invisible [fue] su desaparición, su desaparecimiento: visibles sólo sus preceptos. El Envoltorio141
volvióse preciso para los suyos, para quienes fue el recuerdo de sus padres; inmediatamente
quemaron [copal] ante aquel, para ellos, recuerdo de sus padres. Entonces nacieron hombres de
los jefes cuando éstos sucedieron a Brujo del Envoltorio que había comenzado, abuelo, padre, de
los Cavik: pero sus hijos llamados Qo Caib, Qo Cavib, no desaparecieron.
Así murieron los cuatro, nuestros primeros abuelos, padres, cuando desaparecieron,
cuando dejaron a sus engendrados, allá en el monte Volcán, allá en donde se quedaron sus
hijos. Habiendo sido humillados, habiendo sido postrada su gloria, todas las tribus ya no tenían
fuerza: no existían todas más que para servir cada día. [Los quichés] se acordaban de sus
padres: grande [era] para ellos la gloria del Envoltorio; no la desenrollaron, sino que estaba allí en
la Envoltura, con ellos. Fue llamada por ellos Fuerza Envuelta, cuando designaron, cuando dieron
nombre a su Secreto dejado por sus padres, lo que hicieron en señal de su ser.
Tal fue la desaparición, la pérdida, de Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno, Guarda-Botín,
Brujo Lunar, los primeros hombres que vinieron del otro lado del mar, del Este. Hacía mucho
tiempo que habían venido cuando murieron, ancianos, los llamados Los de las Espinas, Los del
Sacrificio.
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