Page 66 - Popol Vuh
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El Popol Vuh                                                                                      66
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                    [Los tres hijos primogénitos] pensaron después en ir al Oriente, pensaron en las órdenes
            de sus padres, no las olvidaron. Sus padres habían muerto hacía largo tiempo [cuando] se les
            dieron esposas de la tribu, suegros, cuando aquellos tres tornaron mujer.

                   Cuando  partieron,  dijeron:  “Vamos  allá  adonde  el  sol  se  levanta,  de  donde  vinieron
            nuestros  padres”,  lo  dijeron  al  ponerse  en  camino.  Aquellos  tres,  los  procreados:  Qo  Caib,
            nombre de uno de los engendrados de Brujo del Envoltorio. El de todos los Cavik, Qo Acutec,
            nombre de uno de los engendrados de Brujo Nocturno.
                   El de los Niha. Qo Ahau, nombre del único engendrado de Guarda-Botín, el de los Ahau-
            Quiché. Tales son los nombres de aquellos que fueron allá lejos, del otro lado del mar; entonces
            aquellos  tres  se  fueron.  Segura  era  su Sabiduría, era su Ciencia; su ser [no era] de hombres
            ordinarios.
                   Dejaron órdenes a sus [hermanos] mayores, a sus [hermanos] menores, alegrándose de
            partir. “No moriremos, regresaremos”, dijeron los tres al partir. Ciertamente pasaron por el mar al
            llegar allá lejos a Oriente, al ir a recibir sus poderes. He aquí el nombre del [título del] jefe a cuyo
            país llegaron: el Gobierno de los Orientales. Entonces llegaron ante el jefe Nacxit142  nombre del
            gran jefe, supremo Decididor de Palabra, de mucho poder. He aquí que él les dio las insignias del
            poder, todos sus atributos. Entonces vinieron las insignias de Consejero.

                   Consejero  Lugarteniente;  entonces  vinieron  las  insignias  de  la  fuerza  del  poder  de
            Consejero, Consejero Lugarteniente. Nacxit terminó de darles los atributos del poder. He aquí los
            nombres:  dosel,  sitial  con  respaldo,  flauta,  [tambor]  cham-cham,  piedras  negras  y  amarillas,
            garras,  zarpas  de  puma,  cráneo  de  jaguar,  Búho  [de  orejas  de  asno],  [matanza  de]  venado,
            brazaletes.  [Conchitas]  tat,  cascabeles,  cuna,  pañales,  caxcon,  chiyom,  aztapulul,  todo  lo  que
            trajeron  después  de  haber  ido  del  otro  lado  del  mar  a  recibir  la  escritura  de  Lugar  de  la
            Abundancia, los escritos, dícese, de lo que ellos insertaron en su historia.
                   Cuando hubieron llegado, después, a la cima de la ciudad llamada Volcán, todos los Tam,
            los Iloc se reunieron, todas las tribus se congregaron, se alegraron de la llegada de Qo Caib, Qo
            Acutec, Qo Ahau, quienes volvieron a tomar allí el poder tribal. Los Rabinal, los Cakchequel, los
            de Tziquina-ha, se alegraron. Así aparecieron ante sus rostros las insignias de la grandeza del
            poder. Grande era también la existencia de las tribus antes de que ellas hubiesen acabado de
            manifestar su poder. [Los tres jefes] estaban allí, en Volcán.
                   Con ellos estaban todos aquellos que habían ido al lejano Oriente y que se extendieron por
            la  montaña;  todos  [eran]  numerosos.  Allí  murieron  las  esposas  de  Brujo  del  Envoltorio,  Brujo
            Nocturno.  Guarda-Botín.  “Cuando,  después  de  haber  dejado,  [de  haber]  abandonado  su  país,
            vinieron, buscaron otros lugares de donde fijarse, innumerables [fueron] los lugares en donde se
            establecieron, designándolos, dándoles nombres.
                   Allí se amontonaron, se reforzaron nuestras primeras madres, nuestros primeros padres”,
            decían antaño los hombres cuando contaban que habían abandonado, dejado su primera ciudad
            llamada Volcán y [que] de allí habían llegado a otra ciudad llamada Chi Quix. Se extendieron en
            cada cuartel de la ciudad, hicieron hijas, hicieron hijos. Allí en donde estuvieron, cuatro colinas
            llevaban juntas el nombre de la ciudad.
                   Casaron a sus hijas, a sus hijos, pero por sus regalos, solamente para concluir, solamente
            para  acabar,  pusieron  precio  a  sus  hijas,  lo  recibieron;  así,  buena  [era]  la  existencia  que  les
            proporcionaban.

                   Entonces  pasaron  por  cada  fracción  de  la  ciudad;  he  aquí  los  nombres:  Chi  Quix,  Chi
            Chac, Humetaha, Culba-Cavinal, nombres de las colinas donde habitaron.

            Instituto Cultural Quetzalcoatl                                                  www.samaelgnosis.net
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