Page 274 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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A través de los ejemplos artísticos citados no cabe duda de que una
de las funciones de Eros/Amor es la de conductor, un conductor fantás
tico, pues fantásticos son los animales que unce a su carro: cuando los
animales enganchados al poste son caballos, no son caballos simples,
son caballos heroicos, victoriosos, capaces de conducir el carro divino
más allá de los límites terrestres impuestos a los hombres. Así lo indi
can expresamente las piezas de Eros auriga, en las que aparecen casi
siempre signos astrales: globos (imágenes de los planetas) y estrellas.
El viaje de Eros en su carro es, por tanto, un viaje celeste, un trayec
to que sólo compete al tránsito de las almas: son expresión de una
apotheosis anónima.
Un tiro de caballos aparece pintado en la cara interna de una pátera
de cerámica del Museo Cívico de Agrigento (LIMC Er.243c). El carro
es muy esquemático, muy fino, arcaico, como aquéllos de la época del
hierro céltica o etrusca; se nos muestra el armazón sin vestir. Eros ala
do, desnudo, con unas magníficas alas desplegadas, sujeta las riendas
de dos caballos blancos. Pero no hay que dejar escapar detalles aparen
temente insignificantes de esta pintura, que a mí sin embargo me pare
cen fundamentales para explicarla: se trata, en primer lugar, de un pe
rro que ladra delante de los caballos. Es imagen del Cerbero que custo
dia el Hades. La cabalgada es, sin duda, una carrera celeste, pues sobre
las cabezas de los caballos se yergue un astro encendido, posiblemente
el sol, y detrás del Eros auriga, otro astro que ha quedado relegado: sólo
puede ser la tierra. Pero aún hay más: bajo la línea curvada que divide
el cielo de la tierra, o el cielo del Hades, aparece una figura varonil, de
la que vemos únicamente su cabeza y un par de alas abiertas. Para mí,
se trata de la imagen del difunto, con los atributos de Eros, que ha
depositado su alma en el carro del dios, que la transporta al cosmos en
el registro superior.
En un entalle sobre sardónica, del Museo de Aquileya (LIMC
Am.370), Eros conduce una biga de dos caballos, sosteniendo el tirso
dionisíaco en una mano y las riendas sobre la otra. Lo interesante de
esta miniatura es que las patas traseras de los caballos, así como las
ruedas del carro, se apoyan sobre un rosario de esferas flotantes en el
espacio.
Conviene recordar que el valor psicopompo del caballo está bien
documentado para el mundo etrusco, de donde los artistas romanos de
los siglos IV y III a.C. tomaron sus modelos para retratar poéticamente