Page 272 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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Delante de la composición vemos a otro pequeño Eros que sujeta con la
mano derecha la brida a las fieras y con la otra mano sostiene un tirso.
Esta misma iconografía se repite bastante en entalles de anillos: piedras
semipreciosas que eran montadas sobre los anillos de gente rica.
En una terracota de Boston (L1MC Er.256a), aunque procedente de
Myrina, vemos a Eros conduciendo un carro tirado por cabras. León y
macho cabrío son los animales que tiran de un carro conducido por
Eros en una gema tallada del Museo de Berlín. Y dos machos cabríos
majestuosos tiran del carro funerario, en un relieve de sarcófago
minorasiático conservado en el Museo Arqueológico de Estambul
(LIMC Er.972).
Eros victorioso, conductor de las almas
Eros como conductor victorioso de carreras de bigas, tiradas por
caballos, tiene una de sus más espléndidas representaciones en un sar
cófago del Museo Nacional deNápoles (L1MC Am. 381), con paralelo
en otro del Museo Vaticano. Es una escena de estadio, como delata la
spina dividiendo la arena. De izquierda a derecha vemos la evolución
de una carrera: se trata a mi juicio de diversas instantáneas de una mis
ma carrera, y no una instantánea de distintos Eros-auriga con formas
idénticas. En la primera viñeta Eros se muestra cabizbajo, concentrado,
o quizás meditando sobre un hombre caído bajo las patas de los caba
llos. Este sparsor hace ademán de protegerse, aunque en vano, pues se
le anuncia la muerte bajo los cascos. En un segundo o tercer plano
acompaña a Eros un jinete animador, el iubilator, un «alter ego» del
propio Eros, niño alado como él. La segunda viñeta muestra el avance
de la carrera, para, poco después, representar un nuevo tropiezo de los
caballos y a Eros desequilibrado que a duras penas controla las riendas.
No ha de pasar desapercibido el detalle que aparece bajo las patas de
los caballos: un extraño símbolo, un capricomio, signo astral augusteo.
La escena ilustra cómo el auriga está a punto de caer y provocar un
accidente, pero de nuevo se repone, animado por el iubilator, que mira
al cielo con una mano alzada. Los caballos, en potente carrera, apoyán
dose sobre los cuartos traseros parecen iniciar una carrera muy veloz,
casi aérea.