Page 30 - EL COMANDANTE 5
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destruyeron  parte  del  puente  de  mando,  todos  los  botes  salvavidas,  los  suministros  de
            carbón y 8 bajas. El Cochrane recibió 4 tiros: uno del monitor Manco Cápac, que sacudió y
            aflojó las junturas de la plancha en toda su extensión, pero sin penetrar el blindaje; otros 2
            tiros cayeron en la línea de agua sin perforarlo también y otro más destrozó la botica. El
            Huáscar recibió cuatro proyectiles gruesos: 3 en el casco y uno en el palo trinquete, sin
            mayor daño. Los buques chilenos no tuvieron bajas.
            Una vez que atracó la Unión al muelle del puerto de Arica, comenzó la descarga de los
            víveres, armamento, municiones y de la lancha torpedera Alianza,
            que se encontraba al mando del teniente primero Leoncio Prado;
            esta operación duró 8 horas, tiempo en el cual la Unión se batió
            con la escuadra chilena.
            La escuadra chilena se abrió en abanico, tratando de cerrarle la
            posterior fuga, pero a las 4:20 pm, el capitán de navío Manuel
            Villavicencio,  comandante  de  la  Unión,  y  su  segundo
            comandante, el capitán de fragata Arístides Aljovín, descubren
            que  todos  los  comandantes  de  los  buques  que  sostenían  el
            bloqueo  comenzaron  a  converger  en  el  blindado  Cochrane.
            Efectivamente,  en  el  Cochrane  se  desarrollaba  una  Junta  de
            Comandantes  de  buques  chilenos,  convocados  por  el  capitán
            Juan José Latorre, en la que discutían las próximas acciones a               Capitán de Fragata
            seguir para terminar de hundir a la corbeta peruana; los buques                Arístides Aljovín
            chilenos se situaron frente a Chacalluta, al norte del puerto. A las
            16:30,  el  comandante  Villavicencio  se  dirigió  a  la  tripulación  de  la  corbeta  peruana,
            preguntando: “Hombres, ¿Ustedes quieren morir en tierra o en el mar?”. La respuesta fue
            unánime: “¡En el mar!”. Y así se dio orden de levar anclas. Entonces el capitán Villavicencio,
            ordenó  al  capitán  de  fragata  Arístides  Aljovín,  que  izara  el  ancla  sólo  unos  metros,
            manteniendo ésta dentro del agua, de manera que a la observación de los buques chilenos
            pareciera que la nave peruana se encontraba anclada; como la Unión, había mantenido
            presión durante todo el combate y durante la descarga del día, este hecho no iba a preocupar
            mucho a las naves chilenas. A las 5:00 pm, la Unión desatracó del muelle de Arica, maniobró
            dentro de la rada, enfilando hacia la isla del Alacrán. A la altura de esta isla, en vez de virar
            al norte, puso proa al sur rumbo a aguas chilenas. Posteriormente, hizo rumbo al oeste en
            la noche y luego al norte.
            El capitán Latorre, al percatarse de la maniobra, ordenó a sus comandantes seguir y capturar
            a la corbeta peruana. Villavicencio gobernó la Unión y consiguió evadir a las naves chilenas
            perseguidoras.
            La nave peruana entró al puerto del Callao, el 20 de marzo de 1880, ante el asombro de
            todos. Había llevado a cabo una misión difícil y el gobierno, en reconocimiento, le confirió la
            Cruz de Hierro.
            Hubo recriminaciones en Chile contra la escuadra porque la Unión pudo escapar de Arica,
                                                                   pero  el  capitán  Latorre  asumió  la
                                                                   responsabilidad y las críticas terminaron.



















          LDdA                                “EL COMANDANTE” | ENERO – FEBRERO - MARZO | AÑO 11 N° 39    30
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