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destruyeron parte del puente de mando, todos los botes salvavidas, los suministros de
carbón y 8 bajas. El Cochrane recibió 4 tiros: uno del monitor Manco Cápac, que sacudió y
aflojó las junturas de la plancha en toda su extensión, pero sin penetrar el blindaje; otros 2
tiros cayeron en la línea de agua sin perforarlo también y otro más destrozó la botica. El
Huáscar recibió cuatro proyectiles gruesos: 3 en el casco y uno en el palo trinquete, sin
mayor daño. Los buques chilenos no tuvieron bajas.
Una vez que atracó la Unión al muelle del puerto de Arica, comenzó la descarga de los
víveres, armamento, municiones y de la lancha torpedera Alianza,
que se encontraba al mando del teniente primero Leoncio Prado;
esta operación duró 8 horas, tiempo en el cual la Unión se batió
con la escuadra chilena.
La escuadra chilena se abrió en abanico, tratando de cerrarle la
posterior fuga, pero a las 4:20 pm, el capitán de navío Manuel
Villavicencio, comandante de la Unión, y su segundo
comandante, el capitán de fragata Arístides Aljovín, descubren
que todos los comandantes de los buques que sostenían el
bloqueo comenzaron a converger en el blindado Cochrane.
Efectivamente, en el Cochrane se desarrollaba una Junta de
Comandantes de buques chilenos, convocados por el capitán
Juan José Latorre, en la que discutían las próximas acciones a Capitán de Fragata
seguir para terminar de hundir a la corbeta peruana; los buques Arístides Aljovín
chilenos se situaron frente a Chacalluta, al norte del puerto. A las
16:30, el comandante Villavicencio se dirigió a la tripulación de la corbeta peruana,
preguntando: “Hombres, ¿Ustedes quieren morir en tierra o en el mar?”. La respuesta fue
unánime: “¡En el mar!”. Y así se dio orden de levar anclas. Entonces el capitán Villavicencio,
ordenó al capitán de fragata Arístides Aljovín, que izara el ancla sólo unos metros,
manteniendo ésta dentro del agua, de manera que a la observación de los buques chilenos
pareciera que la nave peruana se encontraba anclada; como la Unión, había mantenido
presión durante todo el combate y durante la descarga del día, este hecho no iba a preocupar
mucho a las naves chilenas. A las 5:00 pm, la Unión desatracó del muelle de Arica, maniobró
dentro de la rada, enfilando hacia la isla del Alacrán. A la altura de esta isla, en vez de virar
al norte, puso proa al sur rumbo a aguas chilenas. Posteriormente, hizo rumbo al oeste en
la noche y luego al norte.
El capitán Latorre, al percatarse de la maniobra, ordenó a sus comandantes seguir y capturar
a la corbeta peruana. Villavicencio gobernó la Unión y consiguió evadir a las naves chilenas
perseguidoras.
La nave peruana entró al puerto del Callao, el 20 de marzo de 1880, ante el asombro de
todos. Había llevado a cabo una misión difícil y el gobierno, en reconocimiento, le confirió la
Cruz de Hierro.
Hubo recriminaciones en Chile contra la escuadra porque la Unión pudo escapar de Arica,
pero el capitán Latorre asumió la
responsabilidad y las críticas terminaron.
LDdA “EL COMANDANTE” | ENERO – FEBRERO - MARZO | AÑO 11 N° 39 30