Page 184 - Abrázame Fuerte
P. 184

—Oye, no te pases… Al menos es la única que ha dicho algo con sentido —le
      planta  cara  Silvia,  harta  de  la  actitud  de  su  amiga.  Empieza  a  estar  un  poco
      cansada de su mal carácter. Lleva unos días intentando que Bea la perdone, y
      ésta no sólo hace caso omiso sino que, ante una situación tan grave como la de
      Estela, que debería hacer que dejaran sus rencillas a un lado, se presenta en su
      casa y se comporta de esa manera tan desagradable. « Por ahí sí que no paso» ,
      se dice.
        —Claro,  Silvia.  Vamos  a  llamar  al  médico  ahora  mismo  y  le  decimos:
      « Hola, señor médico: Tenemos una amiga que creemos que está enferma pero
      no lo sabemos muy bien. ¿Puede usted venir a casa? No, no, señor médico, en
      casa no está la enferma, sólo estamos nosotras, sus amigas… ¿Puede venir, por
      favor?  Es  urgente…» .  —Bea  se  ríe  de  su  ocurrencia.  Le  ha  parecido  un
      comentario muy lúcido.
        Silvia la mira incrédula. « No puedo más —se dice—. Está insoportable» .
        —Pero ¿qué te pasa? —Silvia pasa al contraataque.
        —Nada —responde ésta, mirando al techo.
        —Nada no, ¡te lo digo en serio! ¿Yo qué te he hecho? —insiste Silvia. Está
      resuelta a llegar hasta el final. Se da cuenta de que si no arregla de una vez por
      todas el problema que tiene con su amiga no van a poder ponerse de acuerdo y
      solucionar el asunto de Estela.
        Ana observa a ambas. Silvia está mirando fijamente a Bea, que le esquiva la
      mirada. Por primera vez Bea está siendo confrontada abiertamente por una de
      sus mejores amigas y parece muy nerviosa. Mueve los pies y no sabe adónde
      mirar. Ana no puede aguantar tanta presión. Cada segundo que pasa parece una
      eternidad y Bea no quiere responder a Silvia.
        —Yo pienso que Estela debe…
        —Ana,  ¡un  momento!  —Silvia  interrumpe  el  comentario  de  Ana  con  la
      mano. Está decidida: ahora o nunca—. Bea, ¿me puedes contestar, por favor?
        Ana enmudece. Ella quería evitar esa situación tan embarazosa. Pensaba que
      hablando de Estela podría calmar los ánimos o por lo menos distraer la atención
      del conflicto. Pero Silvia va lanzada.
        —Da igual… —Bea por fin responde pero no concreta nada.
        —Yo creo que no da igual. Si queremos ayudar a Estela primero tendremos
      que arreglar lo nuestro, ¿no te parece? Porque así no vamos a ninguna parte.
        —Silvia tiene razón. —Ana se muestra dispuesta a abrir la caja de Pandora:
      es  la  única  manera  de  que  sus  amigas  se  reconcilien  por  fin—.  Si  te  digo  la
      verdad, yo tampoco te entiendo…
        —Claro, ¡ahora tú ponte de su parte! —Bea se siente atacada, parece que sus
      amigas  conspiren  contra  ella—.  Sabes  perfectamente  que  Silvia  me  está
      intentando robar a Sergio… ¡Y no me digas que no, Silvia!
        —Vale, he chateado con él y fui a verlo al hospital sin consultarte, pero no
   179   180   181   182   183   184   185   186   187   188   189