Page 185 - Abrázame Fuerte
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sabía que te lo tomarías tan mal. Además, yo lo conocí en persona antes que tú,
¿o es que no te acuerdas? ¡Y eso fue por hacerte un favor!
—¡Eso es mentira! —salta Bea, enfadada.
—¿Ah, no? —pregunta su amiga, exaltada.
—¡No! ¡Te aprovechaste!
Ana intenta mediar.
—Bea, recuerda que ella lo hizo por ti… ¿Y sabes por qué lo hizo? —Ana deja
un silencio para que Bea responda; pero ésta calla, así que Ana prosigue—: Lo
hizo porque eres su amiga, no para ligarse a tu novio.
—Bea… Sergio me parece un chico diez, pero sólo somos amigos… y eso no
me lo puedes prohibir… He intentado pedirte perdón de todas las formas posibles
cuando, quizá, ni siquiera debía hacerlo… porque eres mi amiga… Eres
demasiado celosa, Bea, reconócelo. Dime, ¿qué es lo que tengo que hacer?
¿Arrodillarme? —Silvia se pone a llorar.
Ana se acerca a ella y la consuela acariciándole la espalda, y después le da
un abrazo. Bea observa a sus dos amigas. Sin poder evitarlo, también brotan
lágrimas en sus ojos. Se da cuenta de que Silvia lleva parte de razón: los celos la
están cegando.
Silvia se deshace del abrazo: necesita sonarse la nariz. Bea se seca las
lágrimas de un manotazo.
—Arreglemos esto, por favor, ya no puedo más… —dice Silvia con tono
conciliador—. Y si no puedes perdonarme, mejor lo dejamos, porque yo no
puedo seguir así.
A Ana se le encoge el corazón. ¿Será éste el final de las Princess? Con el
corazón en un puño, mira a Bea esperando que ésta recapacite y reaccione. ¡Las
Princess no pueden dejar de ser amigas! ¡Son un equipo! ¡Casi hermanas!
Bea suspira.
—Está bien —dice—. Hay algo en mí que me dice que tienes algo con
Sergio… Una conexión… Vosotras decís que son celos…, pero hay algo que me
dice que no…, que la conexión que tienes con Sergio va más allá de mis celos y
de mi… relación con él. Pero supongo que no me queda otra que confiar en
ambos.
—Gracias —susurra Silvia—. Aunque me muriera por Sergio, yo nunca haría
nada.
—Lo sé. —Bea no puede contener las lágrimas—. Soy una estúpida. Sergio
me gusta y, con lo del accidente, tengo miedo de perderlo… Tú eres una de mis
mejores amigas, no sé cómo he podido dudar de ti…
Bea se acerca a Silvia y se funden en un gran abrazo, lleno de emoción. Silvia
solloza. Ahora sí que cree realmente que acaba de sacrificar el amor que siente
por Sergio por la amistad que la une a Bea. Sabe que su amiga ya no le guarda
rencor, y eso la hace feliz, pero también, entre sus brazos, siente una soledad