Page 189 - Abrázame Fuerte
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otro lado de la línea.
        —Estela, si te digo la verdad, estoy con Ana y Bea en mi casa…
        Al oír sus nombres a las dos chicas se les borra la sonrisa de inmediato. Bea
      niega con la cabeza.
        —Pero ¿qué estás haciendo? —murmura.
        —Y por lo visto os lo estáis pasando de maravilla a mi costa, ¿no?
        Silvia se pone seria.
        —Saludad, chicas.
        —Hola, Estela —dice Ana.
        —Hola —le sigue Bea.
        —Holaaaaa —responde Estela.
        —Te  hemos  llamado  por  una  cosa  —le  explica  Silvia  seria,  mirando  a  sus
      amigas.
        —Sí, dime —dice la otra sin ser consciente de lo que está a punto de decirle
      su amiga.
        —Verás…  Ejem…  No  sé  por  dónde  empezar…  La  verdad  es  que  hemos
      estamos preocupadas por ti… No queremos que te enfades por lo que te vamos a
      decir, pero es que últimamente no te vemos bien… Quiero decir que…
        —Te vemos muy delgada —le susurra Bea al oído.
        —Te vemos muy delgada… y nos preguntamos si estás bien… Porque si hay
      cualquier cosa, un problema que nos tengas que contar…
        —Sólo queremos saber si estás bien —dice Bea guiñando el ojo a Silvia.
        —Estamos aquí para lo que sea —añade Ana.
        Las  chicas  permanecen  aguardando  respuesta.  La  habitación  se  queda  en
      silencio. Las tres Princess reunidas escuchan con atención, pero el otro lado de la
      línea telefónica ha quedado mudo. Estela no dice nada.
        —¿Estás bien? —pregunta Silvia. Siguen sin obtener respuesta—. ¿Estela?
        Oyen carraspear a Estela.
        —Sí, es sólo que… —La voz de su amiga suena temblorosa. Las chicas se
      miran  sorprendidas,  Estela  es  la  Princess  más  fuerte  de  todas  y  no  están
      acostumbradas a verla derrumbarse de esta manera—. ¿Me podéis guardar un
      secreto?
        Las tres muestran las palmas de sus manos para que nadie cruce ningún dedo
      y, sólo entonces, dicen: « Sí» .
        —Hace días que no me viene la regla y estoy preocupada… Mi profesor de
      teatro…
        —¿Leo? —preguntan todas al unísono.
        —Sí.  Pues…  Ya  podéis  imaginaros…  No  os  lo  conté  porque  me  sentía  un
      poco  rara  y  mal  por  todo.  Aunque  en  ese  momento  lo  disfruté  y  era  lo  que
      deseaba, ahora no me siento muy orgullosa de ello… Él está casado y, aun así, a
      veces me envía SMS y nos llamamos… No es que esté enamorada de él, pero sí
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