Page 193 - Abrázame Fuerte
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su inquietud por todo lo que está viviendo. Hay gente que libera la tensión yendo
      al gimnasio, hay otro tipo de gente que la descarga viendo películas por Internet
      y comiendo pizzas congeladas, y hay otras que lo somatizan, como Estela. « Ver
      para creer» .
        Después  piensa  en  Bea  y  Sergio.  Aunque  se  siente  algo  confusa,  está
      contenta.  Por  una  parte,  por  fin,  ha  podido  recuperar  la  amistad  con  Bea.  Su
      amiga  es  muy  testaruda  y,  cuando  se  trata  de  chicos,  le  cuesta  cambiar  de
      opinión. Pero Silvia lo ha conseguido. Después está Sergio… Sergio… La chica
      suspira, agarrada a su cojín. No evita fantasear un poco con él. Deja volar su
      imaginación y  ve  retazos  de  lo que  sería  estar  con él:  una  vuelta  en  moto,  un
      grafiti  dedicado…  La  sonrisa  del  chico  aparece  con  toda  claridad  ante  ella  y
      Silvia suspira. Pero es demasiado responsable e interrumpe esas fantasías que no
      la llevan a ninguna parte levantándose de la cama inmediatamente. « Basta, esto
      no puede ser» , se dice.
        Como cada sábado, sigue su ritual de higiene en el baño: depilación de piernas
      a  lo  bruto;  es  decir,  con  cuchilla  de  afeitar.  Aunque  los  pelos  le  crezcan  más
      fuertes, la sensación de tener las piernas lisas y frescas sin sufrir no tiene precio.
      Luego, ducha y mascarilla para el pelo. Aún con la toalla enredada en la cabeza
      y el albornoz rosa puesto, vuelve a la habitación. Entonces, algo en el suelo llama
      su atención: es el calcetín de Crespo. La chica esboza una sonrisa. « ¿Me lo pongo
      o  no  me  lo  pongo?  Igual  me  da  suerte» .  Decidida,  se  lo  pone.  Para  ella,  ese
      calcetín es el símbolo del amor.
        Sale de su habitación preparada para que todo el mundo le grite: « ¡Guapa!» .
      Viste jersey gris de cuello vuelto ancho y, debajo de éste, un top de color negro
      con unos brillantes que dibujan la palabra Black; tejanos de pitillo y calza unas
      deportivas. Lleva el pelo bien planchado recogido con una pequeña diadema de
      color negro. Es un look premeditado: después de desayunar quiere ir a dar una
      vuelta por el centro comercial, y ya se sabe que en los centros comerciales es de
      ley ir bien arreglada.
        Al entrar en la cocina se encuentra a su hermano David con su amigo Nacho.
      Están  hablando  de  fútbol.  Silvia  mira  a  su  hermano  sonriendo.  Sabe  que  ayer
      David quedó con Ana y cuando ve un chupetón en su cuello no puede evitar toser
      para esconder una pequeña sonrisa. Su hermano se da cuenta de que Silvia lo ha
      visto,  aunque  lleve  el  cuello  del  polo  subido  para  disimularlo.  David  no  suele
      llevar así este tipo de prendas.
        Nacho mira a Silvia mientras toma su café con leche descafeinado. Ella se
      siente observada. Mientras David habla con su amigo, la chica nota cómo este
      último no le quita ojo. Al principio se siente algo incómoda, pero después se mira
      en el reflejo de la ventana y ve que realmente está guapísima. Y claro, le sube la
      autoestima, se siente más segura y también se muestra más sonriente. Se prepara
      su zumo de naranja con todo el estilo que pueda tener una persona que exprime
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