Page 195 - Abrázame Fuerte
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En ese mismo instante
      Bea  se  acaba  de  levantar.  A  diferencia  de  Silvia,  lo  primero  que  hace  Bea  al
      levantarse  es  encender  el  ordenador  y  revisar  el  correo  y  Facebook.  Es
      consciente de que no es una buena costumbre, que está demasiado pendiente del
      ordenador.  A  veces  tiene  la  sensación  de  estar  esperando  un  mensaje  divino,
      como si estuviera a punto de recibir un gran premio de alguna lotería que, por
      supuesto, no llegará nunca.
        A veces bromea con sus amigas sobre que está enganchada a la red. No sólo
      pasa muchas horas delante de la pantalla sino que a veces siente la necesidad de
      levantarse en seguida de la cama al despertar únicamente para abrir el correo.
        En su bandeja de entrada tiene un mensaje nuevo de alguien que no conoce.
      En el asunto pone: « Hola!!» .
        Bea lo abre, esperando encontrar el típico mensaje de spam, pero no: lo que
      lee la deja patidifusa.
        Hola Bea:
        Soy  Pablo,  sí,  «tu»  Pablo.  Como  ves,  he  cambiado  de  dirección  de
        correo electrónico. Ya sabes, uno se va haciendo mayor y, sin darse
        cuenta, conserva una dirección que con el paso del tiempo se vuelve
        ridícula.
          Pensé en no cambiarla; al fin y al cabo, me la abrí cuando estaba
        contigo. Pero ahora he decidido cambiarla por cuestiones laborales.
          A  partir  de  ya…  éste  es  mi  correo  personal.  Por  eso  te  escribo,
        para  que  así  no  perdamos  el  contacto.  Cosas  de  la  vida,  tu  padre
        también lo tiene. ¡Ahora es mi cliente!
          Un besooooo!
          P de Pablo.
        Aunque ya ha terminado de leer, Bea sigue con la mirada fija en el mensaje
      que le muestra la pantalla. Le da al botón de responder. Pero responder ¿qué? Por
      el  tono  del  mensaje  y  el  SMS  de  esta  semana,  está  claro  que  el  chico  quiere
      retomar el contacto con ella. Pero ¿con qué intención?
        Bea piensa una respuesta, pero no le sale nada. Tiene la mente en blanco,
      como la pantalla. De repente le invaden los recuerdos y siente cierta melancolía.
      Con Pablo sentía que su corazón le salía del pecho, y una alegría desbordante. Es
      el único chico que la ha hecho sentir especial ¡para toda la vida!
        No es que ahora tenga dudas pero, inevitablemente, no deja de comparar su
      relación  actual  con  Sergio  con  la  que  tuvo  con  su  ex.  Pero  ¿qué  le  puede
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