Page 220 - Abrázame Fuerte
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—¡No digas eso! —la regaña Ana.
—Silvia tiene razón, a veces las madres son unas plastas… —interrumpe
Estela dando su opinión.
—Por no hablar de los padres… ¡Ellos sí que tienen tela! —añade Bea
sonriendo.
—Yo conozco a mi madre como a la palma de mi mano. Cuando grita desde
la cocina quiere decir que el desayuno está en la mesa. Y cuando mi madre
avisa con un grito es que el desayuno que ha preparado… ¡Es increíble! ¡Ya
veréis! —Silvia se peina con las manos y abre la puerta de la habitación. Las
Princess van desfilando una a una. Estela le hace cosquillas a Ana, que va
primera, y ésta la mira con complicidad. La pequeña de las Princess está
nerviosa porque lo más seguro es que David esté en la cocina y tendrán que
desayunar todos juntos lo que ha preparado su… ¡su suegra!
Cuando llegan a la cocina se encuentran la mesa redonda tapada con un
mantel floreado rosa y rojo. Encima del mantel hay una bandeja con pan
tostado, mermeladas de fresa y melocotón, mantequilla, zumo de naranja y dos
platos rellenos de cruasanes chiquitines hasta los topes.
—Muchas gracias, señora Ribero —dice Ana con un hilo de voz por la
vergüenza, puesto que nada más entrar ha buscado a David, se ha encontrado con
la mirada de la madre de Silvia clavada en ella, y se ha puesto de lo más
nerviosa.
—No me llames señora, niña. ¡Será que no has desayunado veces en esta
casa! Me llamo Dolores, eso ya lo tendrías que saber… —La madre de Silvia se
dirige a Ana con cariño y cercanía, pero la chica lo recibe insegura. ¿Sabrá que
ha empezado a salir con su hijo y no quiere ceder terreno ante ella? ¿Tendrá
miedo de que David no se aplique en los estudios, si anda pendiente de ella?
—Perdón —susurra.
—No hay nada que perdonar, Ana, por favor. Anda, siéntate y come. —La
chica ejecuta la orden de la madre de Silvia con la vista fija en el suelo—. ¡Y
alegra esa cara, que parece que te hayan robado el alma!
La muchacha no sabe dónde meterse. Sonríe forzadamente. « ¡Que alguien
me saque de aquí!» , piensa mientras mira a sus amigas. Pero las Princess
parecen no haber dado importancia a los comentarios de la mujer, el desayuno
les llama mucho más la atención.
Lo que Ana no sabe es que la madre de Silvia intenta ser simpática con ellas.
Son las amigas de su hija y quiere caerles bien, hacerlas sentir como en casa.
Aún no sabe nada de lo de Ana y David pero, de saberlo, sería la misma de
siempre; incluso le alegraría la noticia, porque piensa de Ana que es una chica
muy buena y centrada.
Obviando cómo ha sentado el cruce de palabras entre Ana y Dolores a la
chica, en la cocina se respira muy buen ambiente. Las Princess se sientan y la