Page 295 - Abrázame Fuerte
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—No, no. ¿Te acuerdas cuando nos conocimos? Al día siguiente vine hasta
aquí y empecé a trabajar en esto…, hasta hoy.
Silvia abre mucho los ojos y la boca, gratamente sorprendida. Está
maravillada.
—Yo… No sé qué decir…
—No hace falta que digas nada. Lo he hecho porque he querido. Ayer, en la
fiesta, te dije algo, y quería que lo entendieras, eso es todo. Sé que quizá te cueste
creerme pero… no hablaba por hablar. —Sergio calla. Silvia no puede evitar que
un par de lágrimas escapen de sus ojos. Se acerca a él y le da un abrazo fuerte,
de los que uno imagina que dan las madres y las novias a los soldados que
regresan de luchar en el frente.
Sergio deja caer las muletas.
Podríamos decir que el abrazo dura un minuto, dos… pero, como un beso, un
abrazo puede ser eterno y durar, así, una eternidad. En el caso de esta pareja, el
abrazo se confunde y se convierte en un beso: muy lentamente, sus brazos dejan
de sujetar con tanta fuerza el cuerpo del otro y, a medida que despegan sus
cuerpos, acercan sus cabezas. Muy lentamente, como en las películas
románticas, como sucede a veces también en la vida real, sus caras se
aproximan, los labios se entreabren, y se cierran los ojos para saborear el beso
tan esperado que está a punto de llegar, de darse, de ser. Y es así como, al fin,
nace ese beso, que no es otro que el primer beso que recibe Silvia, y el primer
beso de amor de ambos. Es tierno, húmedo y suave. Como siempre habían
soñado.
Más tarde, entrada la noche
Ana ha acabado de cenar. Entusiasmada con la noticia que le ha dado David, se
sienta ante el ordenador para acabar la entrada que estaba escribiendo. Pero en
vez de hacerlo, guarda el borrador y escribe otra, tan sincera y real como todas.
Nueva entrada:
Abrázame fuerte
No sé muy bien cómo comenzar esta entrada. Ha pasado muchísimo
tiempo desde que empecé a escribir. No he sido consciente de la
cantidad de gente que me ha leído hasta que he ganado un premio.
He cambiado mucho desde entonces. Yo y mis amigas, las Princess,
que, sin quererlo, también forman parte de esta historia. Sin ellas,
este blog no tendría sentido. Sería sólo yo y, la verdad, yo no soy
tan interesante. Todas las Princess tenemos nuestros miedos,