Page 14 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
P. 14

deraciones  a  la  amplia  producción  escrita  que  de  tales  culturas
      nos  ha  llegado.
         En  primer  lugar,  se  trata  de  una  literatura  que  en  sus  3.000
      años  de  existencia  no  demostró  ningún  espíritu  innovador,  al
      menos  en  sus  formas  externas. Ante  los  textos  literarios  y  religio­
      sos  mesopotámicos  parece  concluirse  que  los  primeros  escribas
      sumerios lograron fijar unos  cuantos  temas  originales y  que luego
      los escribas semitas se  contentaron con traducirlos a su propia len­
      gua  (la  acadia),  en  adaptar  o  combinar,  todo  lo  más,  varias  obras
      literarias para obtener otras nuevas, o en fijar definitivamente deter­
      minadas  composiciones  que,  a  su  vez,  volverían  de  nuevo  a  ser
      copiadas.
         Sin  embargo, los  poetas  sumero-acadios  supieron  compensar  la
      uniformidad argumentai de sus relatos  con un rico  contenido  con­
      ceptual  de  donde  emergen  sencillas  y  a  la  vez  fastuosas  imágenes
      que perfilan  con  toda nitidez  la vida  de  los  antiguos  mesopotámi­
      cos, tanto  más  cuanto  que por más  elaborados  que  fueran  sus  tex­
      tos  la  presencia  del  hombre  ocupaba  un lugar  preeminente.
         Los  textos  míticos  o  cultuales,  los  textos  mágicos  y  religiosos,
      en  fin, los  textos  más  simples, redactados  en Mesopotamia, siempre
      giran  en  torno  del  ser humano, haciéndonos  partícipes  sus  autores
      de  la  honda  preocupación  que  el  ser  humano  representaba  para
      aquellas  sociedades.
         Otra  característica  a  señalar  es  el  casi  general  anonimato  de  sus
      poetas  y  escritores,  lo  que  llevó  a  señalar  al  gran  especialista  B.
      Meissner  que  «en  el  antiguo  Oriente  la  personalidad  no  valía
      mucho».  Esta  verdad  hubo  de  serlo  a  medias, ya  que  las  honrosas
      excepciones  (caso, por citar uno sólo, de Kabti-ilani-Marduk, autor
      del  famoso  Poema  de Erra)  hacen presumir  que  la  personalidad  del
      autor se sacrificaba en aras de la colectividad, circunstancia que pue­
      de hacernos pensar que nunca los escribas sumerios y acadios escri­
      bieron  movidos  por  fines  estéticos,  sino  que  sólo  se  preocuparon
      en  conservar con  un  cierto  trasfondo  religioso  y enciclopédico  los
      recuerdos  de  la Antigüedad  o  bien  en  adaptarlos  con  el  mínimo
      de  concesiones  al  momento  en  que  escribían.


                                 -   16  -
   9   10   11   12   13   14   15   16   17   18   19